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La computadora mecánica más antigua que se conoce permaneció casi 2.000 años en el fondo del mar, cerca de la isla griega de Antiquitera, y aunque hace tiempo que dejó de funcionar, al estar fragmentada y sus engranajes corroídos, aún conserva parte de su información original, inscrita en griego antiguo. Desde 2005, los miembros del Proyecto de Investigación del Mecanismo de Antiquitera han estudiado las enigmáticas inscripciones y han conseguido descifrar unos 3.500 caracteres, pero "puede que aún se conserven 10.000 o más caracteres bajo el agua", explica Yanis Bitsakis, experto en descifrar inscripciones antiguas, a National Geographic.
Puede que aún se conserven 10.000 o más caracteres en el fondo del mar
Los investigadores han realizado un trabajo arduo para averiguar la finalidad del artefacto: primero han obtenido imágenes precisas de las inscripciones mediante la tomografía computarizada y otras técnicas modernas, después han traducido las instrucciones originalmente escritas en la variedad koiné y, finalmente, han tratado de captar su significado. "Sin duda era un mecanismo astronómico, pero también astrológico, pues mediante la predicción del futuro, especialmente los eclipses, el conocimiento se vinculaba al poder", sostiene Bitsakis, uno de los responsables del proyecto de investigación. La idea que se desprende de las últimas investigaciones, publicadas recientemente en Almagest, es que no era el instrumento de un astrónomo para realizar predicciones, o el de un astrólogo para realizar pronósticos, sino más bien un mecanismo pedagógico utilizado por un filósofo en sus enseñanzas. "El texto que lo acompaña describe las teorías astronómicas fundamentales y los fenómenos del cosmos vistos desde la Tierra", afirma Bitsakis. "Las inscripciones clave son los números, relacionados con los períodos astronómicos de los antiguos y utilizados por el diseñador o diseñadores del artefacto a la hora de construir este complejo juego de engranajes", agrega. Por tanto, no tenía una finalidad práctica, sino más bien teórica; era un compendio del saber astronómico y astrológico de la época.
El Mecanismo de Antiquitera ha sido fechado entre finales del siglo III y finales del siglo II a.C., pues no hay ninguna fecha acerca de su fabricación, pero se hundió en el siglo I a.C., cuando viajaba junto a otras reliquias griegas en un impresionante carguero romano que se fue a pique por causas desconocidas. La nave transportaba un cargamento de lujo que iba destinado a la aristocracia italiana, ávida de antigüedades griegas para decorar sus villas y jardines. El pecio y sus tesoros fueron descubiertos en 1900 por un grupo de buscadores de esponjas y desde entonces se han sucedido las campañas arqueológicas, con exploradores tan ilustres como Jacques Cousteau. La excavación que se ha llevado a cabo este mes ha permitido descubrir unas sesenta piezas nuevas, según informó el Ministerio de Cultura de Grecia el pasado 15 de junio. Se han descubierto los siguientes objetos a 55 metros de profundidad: cuatro fragmentos de estatuas de mármol, entre ellos una muñeca izquierda; una segunda lanza de bronce, después de la que se recuperó en 2014, perteneciente a una estatua gigante o a un grupo escultórico; fragmentos de vasijas de vidrio, piezas de plomo y un magnífico anillo de oro, entre otras cosas. Los arqueólogos sospechan que puede haber otro barco alrededor.