Bosque Valdiviano

El bosque templado Valdiviano se localiza en la costa occidental de América del Sur meridional, principalmente dentro de Chile y extendiéndose en una pequeña parte del extremo occidental de la Argentina. Es parte del Reino Biogeográfico Holantártico, y cubre un área total de 248,100 kilómetros cuadrados. Estos bosques reciben su nombre de la ciudad chilena de Valdivia, y están caracterizados por su densa capa arbustiva de bambúes y helechos, así como por la dominancia de árboles siempre verdes de hoja ancha, mezclados con abundantes coníferas y algunas especies caducifolias.

Ubicación geográfica del Bosque Valdiviano.
Bariloche, provincia de Río Negro, Argentina.
Lonquimay, región de la Araucanía; Chile.
Parque Nacional de Lanín, provincia de Neuquén; Argentina.

Junto con la vegetación más higrófila (amante del agua) del área de clima mediterráneo del centro de Chile, el bosque valdiviano representa una verdadera isla biológica separada de otras áreas climáticamente similares por grandes barreras oceánicas y de desiertos. Este bosque está caracterizado por un nivel de endemismo extraordinario (90% a nivel de especies, 34% a nivel de género, todo ello para las especies vegetales leñosas) y por la enorme antigüedad  de sus relaciones biogeográficas.

Reserva Nacional de Valdivia, Chile.
Parque Nacional Los Alerces, provincia de Chubut, Argentina.
Parque Nacional de Huerquehue; región de la Araucanía, Chile.
Siete Lagos; provincia de Neuquén, Argentina. (Autor y crédito: Facundo Vital).

Sus formas de vida (también llamadas taxones) muestran relaciones filogenéticas cercanas que se remontan a la Era Terciaria temprana, con relaciones más recientes de especies Gondwánicas de Oceanía con aquellas de origen Neotropical, y separadas de otros ecosistemas de Sudamérica por la gran barrera montañosa de los Andes.

Parque Nacional Villarrica; regiones de la Araucanía y de Los Lagos, Chile.
San Martín de Los Andes; provincia de Neuquén, Argentina. (Autor, propiedad y crédito de: Maximiliano Brina).
Laguna Quillelgue, Pucón; región de la Araucanía, Chile. (Autor y crédito:Jorge González).
Parque Nacional Los Alerces; provincia de Chubut, Argentina.

Estos bosques templados lluviosos comprenden una franja de tierra costera relativamente estrecha entre el Océano Pacífico al Oeste y los Andes meridionales al Este, desde aproximadamente 37° S hasta los 48° S. Al norte de los 42° S, la cordillera costera chilena corre a lo largo de la costa, y el Valle Central Chileno, orientado de Norte a Sur, yace entre la cordillera costera y los Andes. Al sur de los 42° S, la cordillera costera continúa como una cadena de islas costa afuera como el archipiélago de Chonos y la isla de Chiloé, mientras que el «Valle Central» está sumergido y continúa como el Golfo de Corcovado.

Raulí (Lophozonia alpina). (Autor y crédito: Rosario García de la Huerta).
Raulí (Nothofagus alpina).
Laurel (Laurelia sempervirens).
Laurel (Laurelia sempervirens). Autor y crédito: Nicolás Lavandero.
Coigüe (Nothofagus dombeyi). (Autor y crédito: S. Aubert).
Coigüe (Nothofagus dombeyi).
Roble (Lophozonia obliqua). (Autor, propiedad y crédito de: Mono Andes).
Roble (Nothofagus obliqua).

Gran parte de la ecorregión estuvo cubierta por la capa de hielo patagónica y otros glaciares en el pináculo de la última edad del hielo que descendieron de los Andes y generaron los numerosos lagos del distrito lacustre chileno (dichos lagos fueron originalmente valles glaciares), mientras que la parte meridional de la ecorregión tiene muchos fiordos recortados por glaciares.

Ciprés de la Cordillera (Austrocedrus chilensis). (Autor y c´redito: Rick Fencl).
Ciprés de la Cordillera (Austrocedrus chilensis). Autor y crédito: Allan Harris – Naturalista.
Hualo (Nothofagus glauca). (Autor, propiedad y crédito de: Mono Andes).
Belloto del Sur (Beilschmiedia berteroana). Autor y crédito: Eitel Carlos Thielemann Pinto – Naturalista.
Roble de Santiago (Lophozonia macrocarpa). (Autor y crédito: Rosario García de la Huerta).
Roble de Santiago (Nothofagus macrocarpa). Autor y crédito: Eitel Carlos Thielemann Pinto – Naturalista.

Al norte del bosque Valdiviano se encuentra la zona de bosques, florestas y matorrales de clima mediterráneo de la ecorregión del Matorral Chileno. Existen aún unos pocos bosques Valdivianos que crecen en dicha zona, como el del Parque Nacional Fray Jorge, y que son remanentes de el último máximo glacial. Hacia el sur se hallan los bosques subpolares Magallánicos.

Lleuque (Prumnopitys andina). Autor y crédito: Eitel Carlos Thielemann Pinto – Naturalista.
Lingue (Persea lingue). Autor y crédito: Christian Riquelme.
Ruil (Fuscospora alessandrii). (Autor, propiedad y crédito de: Mono Andes).
Ruil (Nothofagus alessandrii). Autor, propiedad y crédito de: Felipe Hurtado.
Luma del Norte (Legrandia concinna).
Guindo Santo (Eucryphia glutinosa). Autor y crédito: Eitel Carlos Thielemann Pinto – Naturalista.

Estas tres ecorregiones están aisladas de los bosques subtropicales y tropicales del norte sudamericano por el desierto de Atacama al norte del Matorral Chileno, por las montañas andinas y por los pastizales secos argentinos al oriente de los Andes. Como resultado de todo esto, estas regiones de bosques templados han evolucionado en un relativo aislamiento, y por ende, con un alto grado de especies endémicas.

Queule (Gomortega keule) (Autor y crédito: Diego Alarcón).
Queule (Gomortega keule). Autor y crédito: ludol.
Mañío de hojas largas (Podocarpus salignus).
Mañío de hojas largas (Podocarpus salignus).
Piñol (Lomatia dentata). Autor y crédito: felipe_hurtado – Naturalista.
Pitao (Pitavia punctata).
Pitao (Pitavia punctata). Autor y crédito: carola.

Puesto que estos bosques están ubicado alrededor de los 40° S, están fuertemente influenciados por los vientos del Oeste. El vapor de agua retenido por estos vientos se condensa a medida que llegan a la parte más alta de las pendientes orientadas hacia la dirección del viento de los Andes, creando así lluvias muy abundantes.

Huillipatagua (Citronella mucronata). (Autor y crédito: M. Belov).
Huillipatagua (Citronella mucronata). Autor y crédito: Nicolás Lavandero.
Radal (Lomatia hirsuta).
Radal (Lomatia hirsuta). Autor y crédito: mgargiulo.
Peumo (Cryptocarya alba).
Bollén (Kageneckia oblonga). Autor y crédito: Eitel Carlos Thielemann Pinto – Naturalista.

Al mismo tiempo, la corriente oceánica de Humbolodt corre hacia el Norte creando condiciones húmedas y de neblinas cerca de la costa. La línea forestal llega hasta los 2400 msnm. en la parte septentrional de la ecorregión (35° S) y desciende a los 1000 msnm. al sur de los bosques Valdivianos. En el Verano la temperatura puede subir hasta los 16.5° C, mientras que en Invierno se ubican por debajo de los 7° C.

Alstroemeria presliana esp. australis. (Autor y crédito: David Santos).
Calceolaria crenatiflora.
Chloraea nudilabia. (Autor y crédito: David Santos).
Herbertia lahue.

El bosque Valdiviano es un ejemplo de bosque templado mixto y caducifolio y, junto a los bosques templados Magallánicos, son los únicos bosques templados lluviosos de América del Sur, y uno de los pocos bosques templados lluviosos del Mundo. Juntos son los segundos mayores del Planeta luego de los bosques templados lluviosos del Pacífico norteamericano (los cuales cubren un área costera que va de Alaska hasta el norte de California). El bosque Valdiviano es uno de los principales refugios de la flora antártica, y comparte muchas familias de plantas con los bosques lluviosos templados de  Nueva Zelanda, Australia y Tasmania. Hasta la mitad de las especies leñosas son endémicas de esta ecorregión.

Arrayán (Luma apiculata).
Arrayán (Luma apiculata). Autor y crédito: Jesse Bythel.
Avellano (Gevuina avellana).
Canelo (Drimys winteri).
Chaquihue (Crinodendron hookerianum). Autor y crédito: Sarah Adamson – Naturalista.

Los bosques templados de América del Sur meridional han estado aislados de otros biomas de bosques continentales desde mediados del Terciario (o era Cenozoica). La conexión con otros ecosistemas forestales sudamericanos se rompió por completo probablemente a fines del Terciario, y ha permanecido así hasta nuestros días.

Luma (Amomyrtus luma). Autor y crédito: Tony Rebelo.
Mañío de hojas cortas (Saxegothaea conspicua).
Mañío de hojas cortas (Saxegothaea conspicua). Autor y crédito: Jeff Bisbee – Naturalista.
Fuinque (Lomatia ferruginea). Autor y crédito: Leonardo Mondaca Lara.
Meli (Amomyrtus meli). Autor y crédito: Pablo Silva – Naturalista.

Los análisis fitogeográficos del registro fósil vegetal en Chile muestran que alrededor del 60% de los géneros tropicales de los bosques de dicho país durante principios del Terciario desaparecieron del territorio durante la segunda mitad del Terciario. Estas extinciones se debieron a la notable contracción de los cinturones de vegetación tropical en el Hemisferio Sur que tomó lugar de mediados a finales del Terciario.

Pillo pillo (Ovidia pillopillo). (Autor y crédito: M. Belov).
Pillo pillo (Ovidia pillopillo). Autor y crédito: rilliken.
Olivillo (Aextoxicon punctatum). (Autor y crédito: Pato Novoa).
Palo santo (Dasyphyllum diacanthoides). Autor y crédito: Leonardo Mondaca Lara – Naturalista.
Pitrapitra (Myrceugenia planipes). (Autor y crédito: Joseph Fourier).

En la Era Cuaternaria (en la que vivimos actualmente), una sucesión de ciclos de enfriamiento y calentamiento produjeron glaciares de montaña masivos que avanzaron durante los fríos periodos glaciales, y que causaron contracciones repetidas en el rango geográfico de los bosques templados en el límite occidental de Sudamérica meridional. Estos procesos fueron seguido de expansiones del bosque durante los cortos periodos cálidos interglaciares.

Tineo (Weinmannia trichosperma). Autor y crédito: fern_friend.
Sauco del diablo (Raukaua laetevirens).
Tepa (Laureliopsis philippiana). Autor y crédito: Leonardo Mondaca Lara – Naturalista.
Tiaca (Caldcluvia paniculata).
Ulmo (Eucryphia cordifolia).

La inmigración de especies originaria de latitudes tropicales ya no era posible debido a la aridez extrema establecida en las latitudes subtropicales en el límite occidental de América del Sur y la barrera montañosa de los Andes en el oriente. La mayor aridez, la reducción en el área y el aislamiento de los bosques templados condujeron a la extinción de muchas especies de plantas congenéricas, y resultó en el alto número actual de géneros monotípicos (que tienen un solo representante o especie) en la flora en los bosques australes.

Desmaria mutabilis. Autor y crédito: Consuelo Gálvez.
Leucheria lithospermifolia.
Mutisia araucana. (Autor y crédito: Daniel Santos).
Escallonia virgata. (Autor y crédito: Eite Thielmann).

El cambio climático y el aislamiento geográfico resultaron en una pérdida neta de especies, particularmente de aquellas con ancestría tropical. Cuando los glaciares alcanzaron su extensión máxima en el Hemisferio Sur, el bosque lluvioso rico en especies sobrevivió cerca de el límite norte de su distribución presente. Las lluvias en esta área septentrional fueron probablemente más altas durante el periodo glacial y las temperaturas fueron moderadas debido a las influencias oceánicas.

Alerce (Fitzroya cupressoides).
Lenga (Nothofagus pumilio).
Lenga (Nothofagus pumilio).
Pehuén (Araucaria araucana).
Pehuén (Araucaria araucana). Autor y crédito:  Cristian Riquelme – Naturalista.
Ñirré (Nothofagus antarctica). (Autor y crédito: Mono Andes).
Ñirré (Nothofagus antarctica). Autor y crédito: Sten Porse – Creative Commons 3.0. Wikipedia: https://commons.wikimedia.org/wiki/Nothofagus_antarctica#/media/File:Nothofagus-antarctica-autumn.JPG.
Ciprés de las guaitecas (Pilgerodendron uviferum).
Ciprés de las guaitecas (Pilgerodendron uviferum). Autor y crédito: martinoli – Naturalista.

Algunas zonas en la cordillera costera entre los 38° S y los 40° S, incluyendo lugares específicos en la Patagonia argentina, pudieron haber permanecido libres de hielo y de procesos periglaciales que restringieron la persistencia de vegetación en la proximidad de los glaciares. Estas comunidades vegetales quizá representaron las fuentes para la recuperación de la biodiversidad regional posterior a la retirada de las capas de hielo glacial.

Mañío de hojas punzantes (Podocarpus nubigenus).
Mañío de hojas punzantes (Podocarpus nubigenus).
CoigÜe de Chiloé (Nothofagus nitida). (Autor y crédito: Lucía Abello).
Coigüe de Chiloé (Nothofagus nitida). Autor y crédito: Maria Teresa Eyzaguirre.
Leña dura (Maytenus magellanica).
Coigüe de Magallanes (Notofagus betuloides).
Coigüe de Magallanes (Notofagus betuloides).
Tepú (Tepualia stipularis).
Michay (Berberis ilicifolia). Autor y crédito: gonzalo iriarte – Naturalista.

Hay cuatro tipos principales de ecosistemas forestales en la ecorregión Valdiviana. En el extremo septentrional de la ecorregión predominan los bosques caducifolios, dominados por dos especies deciduas de hayas del Sur: El raulí (Lophozonia alpina) y el roble (L. obliqua); ésta es un área de transición hacia los bosques de clima mediterráneo hacia el norte.

Temu (Blepharocalyx cruckshanksii).
Notro (Embothrium coccineum). Autor y crédito: María Regina Silva – Naturalista.
Canelo enano (Drimys andina). Autor y crédito: Pablo Silva – Naturalista.
Arrayán blanco (Luma chequen).
Pelú (Sophora cassioides). Autor y crédito: chercan_de_vodudahue – Naturalista.

El segundo tipo es el bosque Valdiviano de especies con hojas en forma de laurel, caracterizado por una gran variedad de árboles siempre verdes de hojas anchas, y que incluyen a la tepa (Laureliopsis philippiana), olivillo (Aextoxicon punctatum), ulmo (Eucryphia cordifolia), tiaca (Caldcluvia paniculata), y tineo (Weinmannia trichosperma), con un dosel arbóreo bajo y arbustivo de paragua de Valdivia (Myrceugenia planipes), el arrayán (Luma apiculata) y otras plantas.

Copihue (Lapageria rosea).
Pehueldén (Hydrangea serratifolia).
Coigüilera (Lardizabala biternata).
Medallita (Sarmienta scandens).

La tercera clase forestal es el bosque Andino – Patagónico, que se distribuye en las elevaciones superiores a lo largo de las montañas de los Andes, y que está dominado por coníferas siempre verdes, las cuales incluyen al pehuén (Araucaria araucana) y al alerce (Fitzroya cupressoides). El alerce se parece a una secuoya gigante, y es rival para el pino longevo en cuanto a esperanza de vida, con algunos ejemplares que muestran anillos de crecimiento que muestran 3,625 años de ciclos climáticos locales. Mezclados con las coníferas, así como formando los dominantes cercanos a la línea forestal superior, aparecen especies caducifolias de lenga (Nothofagus pumilio) y de ñirré (N. antarctica).

Helecho pelicula dorado (Hymenophyllum ferrugineum).
Seda de la Luma (Hyemoglossum cruentum).
Costilla de vaca (Blechnum chilense). (Autor y crédito: Felipe Osorio).
Helecho pesebre (Megalastrum spectabile).
Ampe (Lophosoria quadripinnata).

El cuarto y último tipo es el de los bosques patagónicos septentrionales, que dominan la mitad meridional de la ecorregión, con especies siempre verdes como el de hojas anchas coihue (Nothofagus dombeyi) y el canelo (Drimys winteri), así como la conífera y miembro de la familia de los podocarpos, el  mañio macho (Podocarpus nubigenus).

Eufrasia blanca (Euphrasia flavicans).
Huarapo (Myrteola nummularia).
Planta del león (Valdivia gayana).
Pitrilla (Myrceugenia exsucca).

La quila (Chusquea quila) es un bambú que crece en áreas húmedas por debajo de los 500 msnm., en donde el colihue (Chusquea coleou) se vuelve más dominante hacia arriba. La quila puede conformar rodales puros que se llaman «quilantales». Muy pocas plantas pueden crecer bajo estas especies. Otras plantas notables son la nalca o ruibarbo chileno (Gunnera tinctoria) y los helechos ampe (Lophosoria quadripinnata) y la costilla de vaca (Blechnum chilense). La flora nacional de Chile, el copihue (Lapageria rosea) es una especie pionera que crece en áreas perturbadas del bosque Valdiviano.

Algunas asociaciones forestales comunes en los bosques Valdivianos son:

  • Coihue-Raulí-Laurel (Nothofagus dombeyi Lophozonia alpina Laurelia sempervirens): Es una asociación forestal que ocurre entre las latitudes 37 y 40.5 ºS en la vertiente occidental de la Cordillera de los Andes y entre 38 a 40.5 ºS por la cordillera de la Costa.5
  • Arrayán-Tepa (Luma apiculata Laureliopsis philippiana): Comunidad de arbustos altos y renovables arbóreos; se encuentran de preferencia en sectores húmedos o en lugares donde el dosel superior del bosque ha sido intervenido.
  • Petra-Arrayán (Myrceugenia exsucca Luma apiculata): Comunidad arbórea baja, con matorrales densos, se encuentra en sectores húmedos donde el bosque ha sido explotado.
  • Chaura-Murta (Pernettya myrtilloides Ugni molinae): Comunidad arbustiva, baja, que ocupa sustratos rocosos, a menudo de origen volcánico.
  • Chilco-Maqui (Fucsia magellanica Aristotelia chilensis): Conjunto arbustivo denso, hidrófilo, ampliamente distribuido en las quebradas y claros del bosque.
  • Ulmo-Tineo (Eucryphia cordifolia Weinmannia trichosperma): Comunidad muy frecuente, especialmente en las laderas; en ocasiones el dosel superior alcanza un gran desarrollo, con árboles de más de 40 m de altura.
  • Olivillo- Ulmo (Aextoxicon punctatum Eucryphia cordifolia): Se distribuye de preferencia en los sectores de menor altitud; es muy frecuente en el área norte de la formación, donde ha sido muy intervenida.
  • Lingue-Ulmo (Persea lingue Eucryphia cordifolia): Comunidad de presencia escasa en el territorio de la formación. ƒ
  • Junquillo-Quira (Juncus bufonius Juncus planifolius): Comunidad pratense, hidrófila, frecuente en sectores pantanosos. ƒ
Puñeñe (Fascicularia litoralis).
Chupón (Greigia sphacelata).
Ruibarbo chileno (Gunnera tinctoria).
Quila (Chusquea quila). (Autor y crédito: Diego Alarcón).

Los bosques templados del Sur están caracterizados por una flora con una de las mayores incidencias de polinización y diseminación por animales que se haya registrado en algún bioma templado, particularmente en comparación con sus similares del Hemisferio Norte. En los bosques templados de Sudamérica meridional, las flores de alrededor del 85% de los géneros de plantas leñosas son visitados y presumiblemente polinizados por animales. Esta ecorregión tiene abejas extremadamente singulares, dentro de las cuales faltan muchos grupos neotropicales importantes como Meliponinae y Euglosinae, pero a su vez está caracterizada por la presencia de varios grupos endémicos y probablemente también relictuales como Xeromelissinae, Diphaglosa, Cadeguala, Corynura, Neofidelia, Manuelia y Eucerinoda.

Colihue (Chusquea coleou).
Cardoncillo (Ochagavia carnea).
Chupalla (Fascicularia bicolor ssp. canaliculata). (Autor y crédito: M. Teresa Eyzaguirre).
Barba de viejo (Tillandsia usneoides).

Las principales amenazas al bosque Valdiviano son la tala con propósitos comerciales; la agricultura que reemplaza a los bosques nativos, ricos en especies, con monocultivos de especies exóticas. Las florestas son deforestadas en la construcción de caminos como la autopista costera del sur o el puente sobre el Canal de Chacao que unirá al continente con la Isla de Chiloé. La deforestación en las laderas montañosas de los Andes y en la cordillera costera ha sido una de las más masiva y rápidas en Latinoamérica antes de 1980. Alrededor de 15,000 a 49,000 hectáreas de vegetación natural fueron quemadas entre 1970 y 1990. La exportación de reptiles se intensificó de 3,548 a 60,000 entre 1985 y 1992. Hubo 24,064 especímenes de anfibios exportados entre 1985 y 1992. En la Argentina, las principales amenazas son la presión del turismo, el reemplazo y la invasión por especies exóticas, el impacto del ciervo rojo europeo y la introducción de peces de agua dulce.

2 Comentarios Agrega el tuyo

  1. gatinha87 dice:

    Me encantó muchísimo este temazo Oreomunnea, de verdad es como si nos hubieras transportado a otro planeta, que temazo. La flora del sur es sin duda muy exótica y muy hermosa, me enamoré del pehuén y el copihue, sin duda los chilenos tienen con que sentirse orgullosos, El final es triste, pues deben preservar y cuidar sus bosques porque la zona continental en el sur es muy pequeña para destruir sus delgados bosques.

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    1. oreomunnea dice:

      Muchas gracias, compañera Gatinha; tienes razón, es una flora única y totalmente diferente en cuanto a orígenes de la flora templada del Hemisferio Norte, con particularidades muy interesantes y exóticas, como la abundancia de epifitas a una latitud tan elevada (40° S), o el hábito siempre verde de muchos árboles y arbustos pese a las bajas temperaturas invernales; concuerdo contigo en que es un motivo de orgullo para los pueblos chileno y argentino, y que es un deber de ellos para consigo mismos y para la humanidad el preservarlos lo mejor y más extensamente posible; saludotes!!!

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