Magliocco descarta saltar al profesional

Karlha Magliocco, luego de retornar de la cita olímpica de Londres, se encuentra descansando en su terruño del estado Portuguesa, y desde allá ratificó que su permanencia como atleta activa dependerá de cómo la Federación Venezolana de Boxeo, y los entes deportivos, enfoquen el venidero ciclo para Río de Janeiro, Brasil, 2016.

—¿Qué hay de cierto tu retiro?

-—Quiero competir en la próxima Olimpiada de Río de Janeiro. Representar al país es lo más grande que me ha sucedido y deseo retribuirlo con una medalla olímpica. Pero hay cosas que tienen que cambiar para que me pueda mantener con estas aspiraciones.

—¿Te refieres a cambios en la directiva de Feve Boxeo?

—No exactamente. Yo soy atleta y mi trabajo es competir; pero contra las mejores en mi peso. Por eso en el ciclo olímpico que arranca el año entrante debemos hacer más topes de fogueo, pero contra los grandes, como las boxeadoras de Europa y Asia. Lamentablemente el que acaba de concluir no fue así. En nuestro caso del boxeo femenino, no tuvimos competencias de alto rango.

—¿Pero realizaron varios campamentos en Cuba y Ecuador?

—-Cierto. Estuvimos entrenando, pero entre nosotras mismas. No tuvimos combates exigentes para afrontar una olimpiada. Empezando porque en Cuba no hay boxeo femenino. Y no es lo mismo hacer un intercambio con una peleadora de Ecuador, o Perú, que medirnos con las alemanas, las rusas, inglesas. Esas son la rivales a vencer, sin desmeritar a las de otros países.

—¿Eso fue determinante para que no alcanzara la deseada medalla en Londres?

—Físicamente y anímicamente estaba bien. Luché y me la jugué íntegra sobre el cuadrilátero, en los dos combates (contra la brasileña Erica Matos y la estadounidense Marlen Esparza). Pero no quiero otra frustración en Brasil. Por eso, si no asistimos a los mundiales y clasificatorios de competencias élites, es mejor que desista. Entonces me dedicaré a mi labor de entrenadora de boxeo.

—¿Aceptarías una oferta para saltar al profesional?

—¡Definitivamente no! Mi propósito es representar al país en el boxeo aficionado. Dependerá de las ayudas y facilidades que me ofrezcan para continuar. Si no, muy a mi pesar, me retiraré.

POR AHORA

Actualmente Karlha vive en casa de su papá en el estado Portuguesa. Es madre soltera, con una hija de cinco años (Nahomy Antonella).

“El sueldo que percibo como instructora en la Escuela de Talento Deportivo del municipio Páez (de la entidad portugueseña) no me alcanza para mucho. Confío en que los ofrecimientos que me hicieron de mejoras en mi calidad de vida, y para asegurar el futuro de mi pequeña (hija), se materialicen pronto, y así poder darle continuidad a mi carrera de boxeadora y buscar más gloria para el país”, concluyó la pugilista venezolana.

BIOGRAFÍA MÍNIMA

Karlha Magliocco nació el 8 de marzo de 1986 en San Félix, estado Bolívar. Mide 1,57 metros.

Tiene un total de 70 peleas efectuadas, con tan sólo 8 derrotas. Alcanzó el cupo para los Juegos Olímpicos de Londres 2012 en el clasificatorio de China.

En la capital británica debutó con triunfo sobre Erica Matos (Brasil) y se convirtió en la primera latinoamericana en ganar un combate. Volvió con diploma al terminar entre las mejores ocho del mundo en los 51 kilos.

Pionera del boxeo latinoamericano

Luego de descender del cuadrilátero del Arena ExCel, donde venció 15-14 a la brasileña Erica Matos, la gladiadora Karlha Magliocco se convirtió en la primera latinoamericana en ganar un combate de boxeo femenino olímpico. En Londres 2012, esta disciplina debutó en el calendario oficial.

Minutos antes, la rusa Elena Savelyeva hizo su estreno también victorioso ante la norcoreana Kim Hye song, y se aseguró un puesto en la historia como la primera mujer en ganar un combate de mujeres en unos Juegos.

En su segunda presentación, la gladiadora nuestra se metió un peleón contra la estadounidense de ascendencia mexicana Marlen Esparza, con quien perdió con un 16-24, pero logró asegurar el séptimo diploma para Venezuela en Londres 2012.

Transcurridos varios días de aquella confrontación, ya más reposada, indicó: “Efectivamente, la gringa me ganó. Pero no por el puntaje que indicaron los jueces. Además, me queda el orgullo de haber combatido cada minuto en busca del triunfo. Y para mí, el otro premio se sintió en la propia arena de boxeo británico, cuando los aficionados corearon el nombre de mi país: Venezuela, Venezuela”.

CIUDAD CCS

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