Saransk, RUSIA. A sus 37 años y tras haberse convertido en el primer hombre que marca un gol con la camisola de Panamá en un Mundial, Felipe Baloy colgará las botas tras el partido contra Túnez, el último que disputarán los canaleros en Rusia 2018. Baloy, toda una institución en su país, ya anunció que su intención es seguir vinculado al fútbol, quizá como dirigente deportivo.
“No sé si contra Túnez jugaré o no, pero ya avisé que éste sería mi último partido”, dice el veterano defensa en la que seguramente sea su última conferencia de prensa como futbolista activo, previa al entrenamiento de la Sele en su campo base de Saransk.
Preguntado por su futuro inmediato, Baloy no descarta una futura etapa como técnico, comentarista o incluso dirigente:”'Me gustaría estar ligado al fútbol. Voy a tomar un descanso, aprovechar para tomar algunos cursos. Para hacer de entrenador, hablar por los medios o ser directivo hay que prepararse. Mi meta será prepararme para adquirir conocimientos”.
En algunos momentos durante esa comparecencia, Baloy parece ya representar ese futuro papel de dirigente del fútbol panameño al analizar la experiencia de Rusia 2018. “Cuando llegas aquí te das cuenta del nivel de otras selecciones y de todo lo que nos falta para poder competir”, dice, “nos falta mucho, el proceso para la próxima eliminatoria tiene que empezar desde ya. La gente que está al cargo del fútbol en Panamá tiene que ver que no tenemos dónde entrenar, descansar o alimentarnos bien, pero no sólo por nosotros, sino por los jóvenes de las categorías inferiores que son el futuro”.
“Si queremos competir con las otras selecciones tenemos que trabajar la base”, proclama.
Baloy siempre se ha caracterizado por su franqueza, lo que le ha llevado en ocasiones a enfrentarse a los dirigentes del fútbol de su país defendiendo a sus compañeros.
En su despedida como futbolista activo no fue una excepción: “Tienen que darse cuenta de que si necesitamos cinco masajistas o dos médicos, tienen que venir, a costa de que fuera queden personas que no aportan”.
Crítico con los responsables federativos
“Ya es hora de que se tome conciencia de que la selección es la prioridad, de que los jugadores son la prioridad. Vinimos a un Mundial sin saber qué era; ahora ya lo sabemos y tenemos que tomar ejemplo de países vecinos como Costa Rica para saber cómo se desarrollaron futbolísticamente y en cuánto tiempo”.
En el próximo Mundial, Panamá tendrá que ir “no sólo a presentarnos, sino a competir”, insiste Baloy.
Mundialista y goleador a los 37 años, Baloy se mostró “agradecido” de tener esta oportunidad “que a cualquier jugador le gustaría”.
Sobre todo él, que es como un “padre” para muchos de sus compañeros y que es el capitán del equipo pese a haber perdido el puesto de titular en la fatídica noche de Orlando.
El pasado 6 de septiembre de 2018, Panamá se jugaba contra Estados Unidos, en la penúltima fecha del Hexagonal de la Concacaf la posibilidad de jugar su primer Mundial, pero los canaleros cayeron por un contundente 4-0 y Baloy, sustituido al descanso con 3-0, fue responsabilizado de la derrota.
Cuatro días después, Panamá se ganó su derecho a jugar el Mundial, pero Baloy, con experiencia en Brasil, Colombia y sobre todo México, perdió la titularidad y ya no la recuperó.
“Ha sido un camino largo, pero nunca hay que bajar los brazos, hay que luchar siempre y pelear sin pensar en la edad, pese a que a mí muchas veces se me cuestionó”, dice.
Perdió la titularidad, pero nadie le podrá quitar nunca el hecho de haber marcado contra Inglaterra el primer gol de Panamá en una Copa del Mundo.
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