Reinaldo Rueda: el hombre que se atrevió a soñar

Reinaldo Rueda indicó que sus dirigidos trabajan fuertemente por hacerse con un lugar en la titular en cada encuentro de la liga.
Reinaldo Rueda indicó que sus dirigidos trabajan fuertemente por hacerse con un lugar en la titular en cada encuentro de la liga.

Un amateur Reinaldo Rueda llegó a Europa el 5 de enero de 1990 bajo lo que denomina un frío “criminal”. Comenzó en España haciendo una pasantía con el Real Madrid y de ahí viajó a Belgrado, antigua Yugoslavia, a realizar otro aprendizaje guiado por viejos conocidos del fútbol colombiano: Vladimir Popovic y Dragoslav Šekularac. Este último, en ese entonces técnico en propiedad del Estrella Roja.

En el mes de febrero recibió una de las peores noticias de su vida cuando le fue comunicado que  los 10 años que había trabajado como Director Técnico en Colombia no tenían ninguna validez para ser aceptado en la Escuela Superior de Deportes de Alemania. Había obtenido una beca financiada por la Liga del Valle y Coldeportes, para estudiar un postgrado y obtener licencias de entrenador en Europa, pero pocos días antes, en la clásica ciudad de Colonia donde oficiaba la sede de dicha escuela, habían realizado un seminario acerca de la violencia en el fútbol siendo Colombia uno de los temas principales.

Los nexos del fútbol cafetero con el terrorismo, los equipos robustecidos con dinero de la cocaína y sobretodo el asesinato del árbitro profesional Álvaro Ortega, prácticamente sepultaron la credibilidad de la Federación Colombiana de Fútbol ante el mundo y con ello, el ingreso directo del vallecaucano a la misma.

Colonia es majestuosa, dueña de una arquitectura maravillosa, con calles siempre llenas de turistas y estudiantes. El problema de Rueda era que oficialmente no era ni lo uno ni lo otro: No lo habían aceptado en la escuela a donde llegó a estudiar, el alemán que había aprendido en Cali durante los seis meses previos al viaje no le había servido de nada y tenía tan poco dinero que apretadamente le alcanzaba para pagar la habitación donde vivía, el transporte, la comida y dos llamadas mensuales a su casa. Bajo esas condiciones, cualquier lugar del mundo por imponente y perfecto que pueda parecer, fácilmente puede convertirse en una terrible pesadilla.

Comenzó de cero en idioma, en socialización, en forma de vida y en todo. Y esas calles siempre pobladas, vieron como el DT lloraba de impotencia y nostalgia por haber dejado a su esposa y a su hija Alejandra de solo 3 meses de nacida, en su natal Colombia.

En el país teutón, estudiaba alemán en el día y visitaba como espectador los entrenamientos del F.C. Colonia, Bayern Leverkusen y Borussia Mönchengladbach, los equipos profesionales que militaban en ciudades cercanas. Asistía como espectador a las clases de la escuela donde no podía ingresar oficialmente, grababa charlas que luego traducía con un diccionario; y de manera artesanal fue redactando y diseñando la llamada “libreta de técnicos” que todo entrenador afirma tener.

En el mismo 1990, consiguió trabajo en un asilo cuidando ancianos, bañándolos, limpiándolos, poniéndoles el pañal, dándole los medicamentos, etc. Y fue poco tiempo después, gracias a un amigo costarricense, que consiguió que lo aceptaran para trabajar gratis como segundo asistente en el Würzburger Kickers, un equipo de la Landesliga que en ese entonces, era la tercera división alemana.

Lentamente comenzaría a encarrilarse en su objetivo y los directivos del Würzburger al ver su dedicación y empeño, hicieron la solicitud ante la Federación Alemana y luego a la Escuela de Deportes para que por fin pudiera ser aceptado como estudiante de su institución;  y así adquirir las licencias de entrenador por las que había viajado.

Fueron dos años seguidos y dolorosos donde estuvo rodeado del inclemente frío alemán, de una complicada situación económica, de discriminación y de una soledad que hacía colapsar al más fuerte. Cuando llegó tenía 33 años y creía que ya era un hombre maduro, pero 24 meses después pudo convencerse que era más que eso: Era un guerrero.

Ya en Colombia, en 1992 se celebró la XV edición de los tradicionales Juegos Nacionales y en pleno mes de junio, la Selección de Fútbol del Valle dirigida por Reinaldo Rueda consiguió coronarse campeona.

Su primer título le valió ser nombrado técnico en la Selección Colombia Sub-20 en el que representó al país en 1993 en el Mundial de la categoría jugado en Australia quedando eliminado en primera ronda. Al año siguiente dio su primer salto como profesional en Cortuluá, equipo que acababa de ascender y donde dirigió 3 años ininterrumpidos en la primera división.

Luego en 1997 decidió tomar el primer gran reto de su carrera como entrenador: el Deportivo Cali. Con el cuadro azucarero disputó semifinales para luego pasar al Deportivo Independiente Medellín de donde fue posteriormente contratado por la Federación Colombiana de Fútbol, para dar un nuevo salto, esta vez definitivo, a las selecciones menores.

Su primera gran campaña la logró en el Torneo Esperanzas de Toulón del año 2000 donde consiguió el título para Colombia y el subtítulo en 2001.

Posteriormente en el torneo sudamericano Sub-20 de Uruguay en el 2003, consiguió clasificar a Colombia al Campeonato Mundial Juvenil de la FIFA, luego de diez años de ausencia. Y en dicha Copa Mundial celebrada en los Emiratos Árabes Unidos; Rueda alcanzó el tercer lugar de la competencia comandando un equipo que contaba en sus filas con jugadores que luego dieron el paso a la Selección de Mayores como Macnelly Torres, Freddy Guarín y Abel Aguilar. No solo el premio de estar en el podio de los mejores, sino haber sido nombrado “El equipo más colectivo del mundo” por la FIFA durante la competencia, es uno de los grandes orgullos de Reinaldo.

En este mismo tiempo, Oscar Astudillo, presidente de Colfútbol, le hizo una propuesta que le generaba muchos interrogantes al Profesor Rueda: dirigir la Selección de Colombia de Mayores. Por muy tentadora que pareciera, la Selección iba última en la Eliminatoria a Alemania 2006 y ya se habían jugado cuatro fechas de la misma. El panorama era un equipo desmotivado, sin norte, con jugadores referentes que no generaban trascendencia, en una situación casi que caótica. En fin, no era un contexto positivo sobre todo para un principiante en selecciones absolutas.

Pese a todo, aceptó el reto guiado por una conversación con el también miembro de la Federación Hernán Yunis, que lo convenció bajo el argumento de buscar un proceso serio realmente para 2010 con los mismos jóvenes que Rueda había dirigido en divisiones menores. Un debut soñado en Lima con una victoria a domicilio 0-2 comenzó ilusionando, así como la abultada victoria por 5 goles a Uruguay. Pero una vez más para Rueda, todo parecía en contra cuando comenzó a nacer la Asociación Colombiana de Futbolistas Profesionales  -Acolfutpro- y fuertes confrontaciones nacieron entre los dirigentes y futbolistas.

Los jugadores dividían el tiempo de Selección en entrenamientos y charlas sindicales, pero muchas veces sin medir las consecuencias de no estar 100% concentrados para las fechas eliminatorias. Amagues de huelgas, confrontaciones directas entre los protagonistas, fuertes declaraciones de ambos bandos, hacían que la armonía del grupo constantemente se rompiera.

El gol de Juan Pablo Ángel colocaba un 2 a 2 faltando 8 minutos para el final y el Estadio Centenario de Montevideo estaba enmudecido. Era el 4 de septiembre de 2005 y se jugaba  la fecha 16; con ese resultado momentáneo Colombia quedaba por encima de Uruguay en la tabla general y prácticamente aseguraba el repechaje clasificatorio. Pero Rueda quería más y pensó que colocando otro atacante, se llevaría los 3 puntos: grave error. A la Selección charrúa jamás se le puede dar por muerta y el ingreso de Martín Arzuaga no hizo más que abrir espacios en defensa y 4 minutos después Uruguay anotó el definitivo 3 a 2. Hoy, un experimentado técnico afirma que era mejor “cerrar” el partido “firmando” un empate, que apostar por una victoria a pocos minutos del final. Pero esas cosas solo se saben con el bagaje, con la experiencia. Asuntos que el valluno apenas estaba comenzando a adquirir.

Un empate frente a Chile de local y una victoria a domicilio frente a Paraguay en las dos últimas fechas, no fueron suficientes y al final Colombia quedaría eliminada de la Copa Mundial de Alemania 2006. A partir de ese momento, Reinaldo y su familia experimentaron lo ignorante y cruel que puede ser la gente: bullying a sus hijos, insultos y agresiones en las calles no solo a él sino a su familia, críticas destructivas por parte de algún sector de la prensa, hicieron que el técnico cayera en un fuerte estado de depresión.  Fueron 3 meses donde casi no salía de su casa, perdió 10 kilos, tuvo serios trastornos del sueño y buscando una solución comenzó a manejar bicicleta de una manera tan exigente que le produjo una prostatitis de la que le costó mucho recuperarse.

El famoso proceso con Colombia para 2010 nunca llegó y Rueda terminó sin trabajo, solo con el apoyo incondicional de su familia.

En 2007 le llegó una invitación de Miguel Calero (Q.E.P.D.) para asistir como ponente a un congreso de fútbol en Pachuca, México, donde recibió el primer contacto no oficial con la Federación Hondureña de Fútbol. No sabía Rueda que estaba recibiendo una propuesta, que cambiaría su vida para siempre. Dirigiendo a Colombia, Reinaldo había enfrentado a los centroamericanos en partidos amistosos y oficiales, por lo que le fue fácil investigar su inmediato pasado, pero las estadísticas no lo acompañaban: Solo habían asistido a 1 Copa del Mundo y  en las últimas 6 clasificatorias en Concacaf, habían sido eliminados.

Reinaldo fue contratado con su grupo de trabajo de siempre, compuesto por Alexis Mendoza, Carlos Eduardo Velasco y Pedro Zape.

Las Eliminatorias de la Concacaf para 2010 fueron arduas y extensas, puesto que eran 35 equipos luchando por 3 cupos directos  y un cuarto que iría al repechaje con el quinto lugar en la Conmebol. Durante 18 meses el equipo “catracho” logró sortear todo tipo de obstáculos y llegó a la última fecha del hexagonal final teniendo más posibilidades de entrar al repechaje contra un equipo Sudamericano, que de ingresar directamente a la Copa Mundial que se celebraría en Sudáfrica. México y Estados Unidos ya estaban clasificados, Costa Rica y Honduras peleaban entre ellos por definir un tercer y cuarto lugar, pero los “Ticos” tenían 15 puntos, contra 13 de los hondureños. Los enfrentamientos se produjeron a la misma hora el 14 de octubre de 2009: Honduras visitaba al Salvador y Costa Rica, hacia lo mismo con Estados Unidos.

En octubre en San Salvador es tradicional la temporada de lluvias, pero esa noche hacía un calor infernal. El equipo salvadoreño había salido invicto de todos sus partidos de local pero una pésima campaña de visitante lo había reducido a jugar únicamente por cumplir calendario; pero a pesar de eso y por alguna extraña circunstancia, los jugadores locales parecían estar jugando el partido de su vida. La ofensiva azul lució inspirada y convirtieron al portero hondureño Noel Valladares, en la figura del partido.  Por si fuera poco, las noticias del otro juego no eran para nada alentadoras: Costa Rica vencía 0 x 2 a domicilio a Estados Unidos, con lo que sellaba su clasificación.

Minuto 63, David Suazo está en el vértice derecho del área, amaga y saca un centro para que Carlos Pavón se eleve y castigue de cabeza anotando el único gol del partido. Honduras ganaba 1 x 0 pero Costa Rica hacía lo mismo en suelo estadounidense, pero ahora era por la mínima diferencia: Bradley había descontado por los norteamericanos y la situación se apretaba para los ticos.

Minuto 34 en San Salvador. El comisario de campo de origen costarricense afirmó falsamente que el DT colombiano había pateado una botella para agredirlo, lo que produjo que el juez central lo expulsara de la cancha. Rueda, quien no tuvo más remedio que salir del campo e instalarse en los camerinos, se arrodilló pidiéndole a la Virgen María, de quien es fiel devoto, que hiciera el milagro de un empate en Estados Unidos.

Al finalizar el partido, un incomunicado Reinaldo Rueda estaba convencido que ninguno de los dos marcadores había cambiado y comenzaba a aceptar el hecho de tener que jugar la “repesca” contra Uruguay. Al salir del camerino se encuentra de frente con la terna del partido que había sido encabezada por Ricardo Salazar y este dice: “Felicitaciones Profesor Rueda, acaba de clasificar al Mundial”. Reinaldo no lo podía creer, en el último minuto en Washington Jonathan Bornstein había capitalizado un centro de Michael Donovan y anotaba el empate para los norteamericanos. De la manera más absurda e improbable Honduras clasificó después de 28 años, a su segunda Copa del Mundo. “Este resultado es dedicado a la paz de Honduras. Un pueblo tan maravilloso y con tanta calidez como este, no merece estar en situaciones violentas”, afirmó el valluno en ese momento, refiriéndose a la complicada situación social y política que se vivía en el país “catracho” gracias al Golpe de estado propinado meses antes al Presidente Manuel Zelaya y que había creado una ola de violencia.

Reinaldo Rueda con la selección de Honduras
Reinaldo Rueda con la selección de Honduras

El mundial fue tímido a nivel de resultados por las 2 derrotas y un empate que acumuló en primera fase frente a Chile, España y Suiza que dejaron solo 1 punto, pero grandes enseñanzas deportivas. El 21 de abril de 2010, Reinaldo Rueda fue declarado ciudadano hondureño por el Congreso Nacional y el 28 de julio de ese mismo año, en una conmovedora rueda de prensa que finalizó entre las lágrimas del estratega y aplausos de los asistentes, el Director Técnico anunció que renunciaba irrevocablemente al cargo.

Mientras tanto en su despacho en Guayaquil, el ingeniero Luis Chiriboga, Presidente de la Federación Ecuatoriana de Fútbol, esperaba la llamada del colombiano que le confirmaría, que había aceptado su propuesta.

Ecuador había clasificado a los mundiales de 2002 y 2006, siempre de la mano de cuerpos técnicos dirigidos por timoneles colombianos. Para Brasil 2014, no iba a ser la excepción.

De nuevo en la Conmebol, el DT comenzó la Eliminatoria que especialistas consideran la “más complicada” de todas las Confederaciones. Encontró coyunturalmente un relevo generacional muy difícil de regular, donde llegó a estrenar un total de 20 jugadores que hoy son una realidad para la Selección de mayores y para el mundo: Frickson Erazo, Carlos Gruezo, Juan Carlos Paredes y sobre todo, Énner Valencia, fueron los más destacados.

Un inicio con fuertes críticas fue reemplazado con aceptaciones, cuando a lo largo de la etapa clasificatoria “El Tri”, como cariñosamente se le conoce a la Selección Ecuatoriana, siempre estuvo en lo más alto de la competencia. En las 18 fechas que se jugaron, solo en 2 Ecuador estuvo por fuera de los puestos de privilegio.

El 11 de octubre en Quito selló su clasificación con el gol de Jefferson Montero ante Uruguay y 16.027.000 ecuatorianos comenzaron una fiesta que duró varios días. Habían clasificado a su tercer mundial, otra vez de la mano de un técnico colombiano.

El técnico colombiano Reinaldo Rueda, entonces seleccionador de Ecuador, da una conferencia de prensa durante el Mundial, el 24 de junio de 2014, en el Maracaná de Rio de Janeiro (AFP/Archivos | Damien Meyer)
El técnico colombiano Reinaldo Rueda, entonces seleccionador de Ecuador, da una conferencia de prensa durante el Mundial, el 24 de junio de 2014, en el Maracaná de Rio de Janeiro (AFP/Archivos | Damien Meyer)

25 de Junio de 2014, Ecuador acababa de ser eliminada de la Copa Mundial en primera ronda. Se había empatado contra la Francia de Benzemá en el Maracaná de Rio de Janeiro, sumando un total de 4 puntos gracias a una victoria 5 días antes frente a Honduras. Pero en el primer partido, el 15 de junio en Brasilia, Ecuador perdió en el último minuto frente a Suiza, que a la postre fue el clasificado.

Después de ese día, existieron varias reuniones del presidente con el timonel colombiano donde incluso se hablaron de las condiciones económicas de un eventual nuevo contrato. En días siguientes, una serie de presiones internas en la Federación donde algunos directivos aprovecharon el hecho de no haber clasificado a segunda ronda para crear malestar en el proceso del colombiano, Reinaldo decide dar un paso al costado para oxigenar la Ecuafutbol.

Se tomó varios meses de descanso donde llegaron muchas propuestas: Arabia Saudita, Bahréin, Perú, Costa Rica, Millonarios, Deportivo Cali pero solo la de Atlético Nacional fue irrechazable. Reconoce que no se lo esperaba y el proyecto propuesto fue tan importante que Rueda dio un definitivo sí para dirigir al rey de copas colombiano.

Era una nueva aventura sin su habitual asistente Alexis Mendoza, ya que este había aceptado una propuesta para ser DT del Atlético Junior.

Atlético Nacional cabalgó a placer en la Liga Águila y quedó en la reclasificación con 7 puntos por encima de su seguidor, el Atlético Junior de Alexis Mendoza. Por si fuera poco fue el equipo más goleador y la defensa menos vencida.

Se encontró en la final con el equipo barranquillero de su pupilo y amigo. Duelo tan cerrado con un 1 x 2 de ida y 1x 0 en la vuelta que la definición del título se hizo por la vía de los penales. Nacional campeón. Reinaldo Rueda cumplía la asignatura pendiente de salir vencedor en el país que lo vio nacer y con uno de los equipos más respetados del continente.

El estratega vallecaucano consiguió su primer título en Primera División con Atlético Nacional.
El estratega vallecaucano consiguió su primer título en Primera División con Atlético Nacional.

En el “Verde de la Montaña”, se siente a gusto. Encontró una gran organización que considera que va estructuralmente por un muy buen camino. Ha sido respaldado por su gran equipo de trabajo que esta vez tiene a Bernardo Redín como asistente y en las divisiones menores ha sido fundamental el trabajo de Nelson Reyes, Jimmy Arango, Orlando Restrepo, Hernán Darío Herrera y León Villa, que hacen grande el trabajo semillero del campeón colombiano.

Sabe que para tener aspiraciones internacionales el equipo debe fortalecerse en nómina porque la cantidad de compromisos este año, hace que tengan muchas más responsabilidades y obligaciones. Afirma entre risas, “Uno como técnico siempre quiere más, yo al presidente De La Cuesta le pedí a Neymar, Suárez y Messi, pero no me los quiso traer” y otra vez, el Reinaldo humano, jovial y amigo, vuelve a aparecer.

De los jugadores de las divisiones menores de este año, le irá dando oportunidad a jóvenes valores que ha su criterio tienen las condiciones pero necesitan más fogueo: Bryan Rovira, Deivinson Sánchez, Marlos Moreno, Juan Pablo Ramírez, Tomas Maya, son algunos de los nombres que bajo su batuta, seguro darán más de que hablar en el balompié profesional.

Rueda quiere seguir soñando, de la misma forma que lo hizo cuando partió para Alemania a buscar una formación que le permitiera ser el de hoy. Seguir soñando con hacer buen trabajo, honesto, con bases, estructuras y resultados,  con el que pueda  día a día seguir demostrando que nadie le regaló nada y que todo se lo ganó a pulso.

También sueña con volver a dirigir la Selección de Colombia, esta vez en el tiempo correcto y cuando las condiciones estén dadas para realizar un buen trabajo. Reconoce el gran papel que han realizado los cuerpos técnicos posteriores a esa Eliminatoria donde él estuvo; e interiormente sabe que algún día esa oportunidad volverá a llegar. Pero a su tiempo y con el estilo Rueda: Ética y honestamente, sin afanes y sin “atropellar” a nadie.

Soñador por excelencia, Reinaldo afirma que por mucho que se imaginó su futuro no podía ser tan optimista en pensar que iban a ocurrir cosas tan hermosas en su carrera. Sin lugar a dudas en cada uno de los pasos que dio, fue determinante el apoyo de su esposa Gineth y de sus hijos Alejandra, Carolina y Juan David. Su esposa, prácticamente sola por los continuos viajes del entrenador, ha construido una familia a “toda prueba” que supo orientar a sus hijos con nobleza, sensibilidad y con el valor de aprender desde niños que hay que apreciar la vida en cada una de sus exigencias.

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