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Juan Carlos Osorio y sus herencias: Rotaciones, obstinación, un 7-0 y miedo a Brasil

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"Osorio no dejó nada al futbol mexicano": La Volpe (2:43)

El otrora técnico del Tri afirmó tajantemente que el colombiano no dio un sello al conjunto azteca. (2:43)

CIUDAD DE MÉXICO -- Juan Carlos Osorio llegó a la Selección Mexicana de Futbol acompañado de una libreta y dos plumas: la azul para anotar los detalles del juego, y la roja, para plasmar lo más relevante.

También llegó sin méritos contundentes para ocupar una silla muy bien pagada, por la que pugnaban varios candidatos.

El colombiano asumió el cargo de director técnico nacional el 14 de octubre de 2015, luego de haber dirigido en su país a clubes como Atlético Nacional, Millonarios y Once Caldas, además del Sao Paulo, de Brasil, y un paso fallido con el Puebla.

Llegó en medio de opiniones divididas entre los que estaban a favor de echar mano de un técnico extranjero estudioso y preparado, y los que consideraban que no tenía el cartel para dirigir al combinado azteca.

Despejó algunas dudas en sus primeros duelos al frente del Tri, pues el equipo en términos generales cumplía con un buen funcionamiento, pero sobre todo ganaba, incluso en plazas de Centroamerica donde hacía décadas que no se sumaban los tres puntos.

Sin embargo, a la par iniciaron los cuestionamientos a uno de los grandes sellos de Osorio como técnico: la rotación de futbolistas. El colombiano gusta de cambiar de forma diametral sus alineaciones de un partido a otro, pues argumenta que de esta manera fomenta la competencia.

La prueba de fuego llegó en la Copa América Centenario que se celebró en Estados Unidos en 2016, en donde incluso México fue considerado entre los favoritos, y vino un golpe de realidad: la derrota 7-0 ante Chile. Una vergüenza mundial que, sin embargo, no le costó el puesto al sudamericano.

LA VIDA TRAS EL 7-0

No fueron pocas las voces que exigieron el despido de Osorio, pero las autoridades del futbol nacional decidieron que continuara su proyecto, aunque desde entonces las críticas y poca tolerancia hacia el entrenador aumentaron de sobremanera.

A diferencia del ciclo mundialista rumbo a Brasil 2014, esta vez el boleto a Rusia se consiguió con cierta holgura, y la Copa Confederaciones a un año de la máxima justa representaba una nueva prueba para la Selección, pero sobre todo para Osorio. Y de nuevo no la superó.

Alemania goleó al Tricolor en la semifinal del torneo y en el juego por el tercer lugar, un combinado azteca sumamente temeroso también cayó ante Portugal. Los augurios y expectativas rumbo al Mundial eran muy bajos por aquellas fechas.

Antes de la Copa del Mundo se daba como un hecho que el entrenador se iría al término de la misma, y desde entonces sonaba el nombre de Matías Almeyda para convertirse en su reemplazo. Sin embargo, tras sendas victorias ante Alemania y Corea, el panorama cambió por completo.

En los estadios Luzhniki y Rostov Arena se escuchó el “Osorio, hermano, ya eres mexicano”, como voto de confianza al impredecible colombiano.

Pero como suele suceder con el futbol en México, en un abrir y cerrar de ojos pasó del carnaval al Apocalipsis.

Derrota ante Suecia en el tercer partido de la Fase de Grupos que de milagro no dejó fuera al Tri de la justa, y tras avanzar como segundo lugar, el rival en Octavos de Final fue Brasil, con el resultado de sobra conocido. Una vez más el cuarto partido fue el límite, con lo que el brillante triunfo ante Alemania quedó como una anécdota.

LAS HERENCIAS DE OSORIO

Ostinado, el colombiano se aferró hasta el final a sus ideas, pese a que algunas no le dieron resultado. Por ello, a continuación presentamos un breve recuento de las ‘ocurrencias’ de Osorio durante su estancia en la Selección Nacional.

No le gustaban los jugadores de baja estatura. No y no quería a los chaparritos, así que hombres como Luis ‘Chaka’ Rodríguez, ‘Chapo’ Sánchez, Adrián Aldrete o el ‘Gallito Vázquez, tuvieron cerrada permanentemente la puerta del Tricolor.

Rodolfo Pizarro, un futbolista que vivía un gran momento, no era del agrado del estratega, pese a que con sus actuaciones y regularidad pedía a gritos su convocatoria.

Las improvisaciones eran otro de los sellos del sudamericano. Defensas centrales nominales jugaban como laterales o los mediocampistas también fueron habilitados en dicha posición, por lo que durante su gestión, México no tuvo de forma regular a especialistas por las bandas en el sector defensivo.

Víctor Guzmán, otro de los grandes sacrificados. El entonces jugador del Pachuca se ‘devoraba’ la Liga por aquellas fechas, e incluso era el mexicano con más goles siendo que su posición es la de mediocampista. La desafortunada lesión que sufrió en un partido ante Tigres le evitó nuevos cuestionamientos a Osorio, quien no tenía en mente al futbolista, pese a su gran forma.

Y por último, una incongruencia más: como buen político, a su llegada al conjunto nacional el timonel prometió que llamaría a los jugadores que estuvieran en mejor momento y demostraran en sus clubes que tenían los méritos para ser llamados.

Esto no sucedió y se aferró a llamar siempre sí o sí a los llamados ‘europeos’, pese a que una gran mayoría eran banca o ni eso en sus clubes. Casos como Miguel Layún o Javier Hernández, por citar solo dos. El 27 de julio de 2018, la Federación Mexicana de Futbol hizo oficial la salida de Juan Carlos Osorio del Tricolor, luego de que el colombiano rechazó la oferta de renovar contrato con el combinado nacional.

Hace unos días el ‘profe’ volvió a ser noticia por sus dichos contra los futbolistas que dirigió en la Selección Mexicana… Ante la ausencia de autocrítica, este texto.