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Nacional de los milagros: el equipo de 1988 que empezó con una gira para recaudar fondos y terminó campeón del mundo

El festejo de Tony Gómez en la consagración de Nacional en 1988. @Nacional

Nacional. Año 1988. El club era un caos. La situación económica era durísima. No había un peso por lo que la directiva presidida por Roberto Recalt decidió realizar una gira por Centroamérica a los efectos de recaudar fondos. El viaje fue un caos. Había incluso dificultades para la alimentación. “Estábamos en un momento de la guerrilla de El Salvador y veías a todos los guerrilleros con sus metralletas. Hacíamos viajes insólitos que pasábamos a 30 centímetros del precipicio. ¡Una cosa de locos! Pensábamos que en cualquier momento se caía el ómnibus”, recordó Jorge Cardaccio en nota con El Observador en octubre de 2018.

Aquellas dificultades templaron el alma del grupo. El plantel de Nacional se unió ante la adversidad. Fue el inicio de algo grande. Meses después el equipo ganaba la Copa Libertadores de América.

El relator de radio Carve, Carlos Muñoz, había definido al bolso como “Nacional de los milagros”, algo que le valió algunos insultos.

Una vez ganada la Copa Libertadores, los tricolores debían dirimir la Copa Intercontinental, el torneo que enfrentaba al campeón de Europa con el campeón de América y del cual salía el mejor equipo del mundo.

Su rival era el PSV Eindhoven de Holanda. El equipo dirigido por Guus Hiddink era una selección de figuras con Romario, Eric Gerets, capitán de la selección de Bélgica, Jan Heintze y Soran Lerby de la selección de Dinamarca y varios jugadores de la selección de Holanda como Ronald Koeman, Hans Van Breukelen, Wim Kieft, Gerald Vannenburg y Berry Van Aerle.

La dramática final

En la madrugada del 11 de diciembre de 1988, los uruguayos se sentaron frente al televisor para vivir una final dramática.

A los 8 minutos de juego, el sueño comenzaba a transformarse en realidad. El Vasco Santiago Ostolaza puso en ventaja a los tricolores con un cabezazo a la salida de un tiro de esquina.

Nacional fue llevando el partido al terreno que más le convenía hasta que a 11 minutos del final, el brasileño Romario empató el juego para los holandeses, forzando el alargue.

La situación se tornó compleja cuando, a cinco minutos del segundo tiempo del alargue, el árbitro Jesús Díaz Palacios cobró un penal que Ronald Koeman transformó en gol para poner 2-1 arriba al PSV.

Cuando parecía que los holandeses se llevaban el título, en el último minuto del alargue apareció otra vez el Vasco Ostolaza para conectar un cabeza con el alma y forzar la definición por penales.

La dramática definición

La definición por penales fue eterna. Se ejecutaron 20 remates lo que le dio un tinte dramático a la final.

El cierre quedó grabado a fuego en la memoria de los uruguayos como el inolvidable relato de Carlos Muñoz de los últimos dos penales a través de Radio Carve.

“Van Aerle frente a la pelota, tremenda definición. Le va a pegar Van Aerle, el estadio en un murmullo, llega, tirá, ¡Seré! ¡Suuuuuperman de nuevo! ¡Suuuuperman otra vez!”, narró describiendo el penal atajado por Jorge Seré.

Todo quedaba a pedir de boca. Tony Gómez sería el encargado del último remate. Así lo transmitió Muñoz: “Vamos Tony ahora, liquidalo por favor. No miro. No lo miro, no lo quiero mirar, no lo voy a mirar, quiero sentir el murmullo. Me saco los auriculares, voy a sentir el grito solamente. Tony, Tony, gooool, gooool, Nacional del mundo, Uruguay del mundo. Nacional del mundo carajo. Estoy llorando sí, como he llorado tantas veces por este bendito fútbol, lloro y quiero seguir llorando, lloro y pienso en mi gente en Uruguay, en mi viejo, en mis tíos y pienso en todos porque esto es de Uruguay más que de Nacional. Estos hombres, estos leones, esta locura, nosotros no sabemos qué decir, las palabras fluyen porque la emoción es demasiado grande. Nacional campeón del mundo. Otra vez Uruguay asombrando al mundo. Muchos se enojaron cuando titule el Nacional de los milagros. Y acá está el Nacional de los milagros dando la vuelta olímpica”.

Aquella historia que se inició con una gira por Centroamérica, terminó con Nacional campeón del mundo. Tan increíble como real, como lo dijo el propio Jorge Seré en aquel entonces: “Si alguien se hubiera animado a decir hace un par de años que hoy seríamos campeones del mundo, seguramente lo hubieran llevado preso por estar ebrio en la vía pública”.

SÍNTESIS DEL PARTIDO

NACIONAL 2 (7): Seré; Tony Gómez, De León, Revelez y Pintos Saldaña; Ostolaza, Cardaccio (Carreño) y Lemos; Vargas (Morán), De Lima y William Castro. DT: Roberto Fleitas

PSV EINDHOVEN 2 (6): Bren Kelev; Gerets, Koot, Koeman y Heyntze (Valckx); Lerby, Van Aerle y Van dem Burg (Gillhaus); Romario, Kieft y Elleman.

GOLES: 8’ Ostolaza (N), 75’ Romario (PSV). Suplementario: 10’ Koeman (PSV) y 29’ Ostolaza (N)

DEFINICIÓN POR PENALES
Para Nacional marcaron: Yubert Lemos, William Castro, Hugo De León, Juan C. De Lima, Daniel F. Revelez, Santiago Ostolaza y Tony Gómez. Van Breukelen le detuvo el penal a Carreño. Morán desvió su remate y el tiro de José L. Pintos Saldaña dio en el poste.
Marcaron para PSV Eindhoven: Koeman, Gilhaus, Romario, Ellerman, Valckx y Koot. Jorge Seré detuvo 4 penales: los tirados por Kieft, Lerby, Gerets y Van Aerle.

ESTADIO: Olímpico de Tokio
ÁRBITRO: Jesús Díaz Palacios (Colombia)

El plantel

Goleros: Jorge Seré, Mario Alles y Aníbal Paz.

Defensas: Hugo De León, Tony Gómez, Enrique Saravia, Felipe Revelez, Martín Lasarte, José Luis Pintos Saldaña y Carlos Soca.

Volantes: Santiago Ostolaza, Jorge Cardaccio, Héctor Morán, Yubert Lemos y Héctor Molina.

Delanteros: Juan Carlos De Lima, Ernesto Vargas, William Castro, Mario López, Sergio Olivera y Daniel Carreño.