La selección anfitriona decepciona y Ecuador sueña en la apertura del Mundial de Qatar 2022

El balón rodó en Qatar. Años de acusaciones de corrupción en la asignación del país como anfitrión y de fuertes críticas sobre la situación de los derechos humanos en territorio qatarí no impidieron que sonara el pitazo inicial del partido inaugural del Mundial de 2022. 

La euforia se apoderó de los aficionados cuando comenzaron los 90 minutos del partido entre la selección anfitriona y Ecuador. Los gritos y ovaciones delataron la emoción de un país sin historia futbolística pero que ha buscado desarrollar un presente en ese deporte universal. 

El estadio Al Bayt, con capacidad de 60.000 personas, brillaba en medio de la oscuridad de la noche de Jor, una ciudad al noreste del país. Y en su interior, el poderoso sistema de aire acondicionado creaba la sensación para asistentes y jugadores de estar lejos del desértico paisaje qatarí. 

La aparente tranquilidad que se respiraba en dicho escenario deportivo no mitigaba las denuncias sobre las deplorables condiciones a las que se habían visto sometidos miles de trabajadores migrantes en la construcción de los estadios del Mundial de 2022, en los que ahora 22 jugadores se enfrentaban por llevarse los tres primeros puntos del torneo. 

En el terreno del juego reinaba la determinación: el equipo anfitrión buscaba una actuación memorable y Ecuador quería demostrar que la juventud de su escuadra no impediría dar de qué hablar. 

Fue la juventud latinoamericana la que se impuso sobre el cuadro qatarí. Desde el comienzo del juego, la tricolor se hizo con el control del balón, marcó los tiempos del partido y dejó claro su planteamiento del juego. Rápidamente los ecuatorianos llegaron al arco de Saad Al Sheeb. 

La tenacidad con la que el equipo ecuatoriano salió al terreno de juego llevó a que el delantero Enner Valencia rematara por primera vez al arco en el minuto 3 del partido y diera un primer grito de gol para su equipo. Uno que se desvaneció rápidamente por la actuación del VAR que apuntó que existió un fuera de juego.

Pero Valencia y Ecuador tendrían revancha. Otra vez bajo el liderazgo del delantero del Fenerbahçe, el conjunto tricolor llegó al área qatarí y tras driblar a sus defensores, el arquero derribó a Valencia. Una clara acción de penalti que fue sancionada por el juez del partido, el italiano Daniele Orsato. 

El propio Valencia fue el encargado de cobrar desde el punto penal. Confiado y cargado de experiencia, en su segunda cita mundialista, el delantero apuntó al palo izquierdo del arco rival. Un remate que acabó en el primer gol del torneo y le dio una ventaja anímica y futbolística al conjunto tricolor. 

Los dirigidos por el argentino Gustavo Alfaro supieron aprovechar el empujón del primer gol, continuando con una serie de ataques en el campo qatarí. 

La iniciativa de la tricolor nació en el centro del campo en donde Moisés Caicedo, del Rashford, y Jhegson Méndez, de Los Ángeles F.C., llevaron la batuta del juego e impulsaron la creación de oportunidades de gol.

Pases acertados, movimientos claros y un equipo organizado marcaron el juego ecuatoriano. Un planteamiento que derivó en la segunda anotación del partido. La jugada comenzó con una recuperación ecuatoriana que el lateral Ayrton Preciado aprovechó enviando un centro preciso que conectó con Valencia. El delantero cambió la trayectoria del balón dejando sin reacción al arquero qatarí. 

Valencia se quedó con su doblete y Ecuador reafirmó su superioridad en el campo de juego. 

El segundo tiempo no cambió la dinámica de juego. Un Ecuador ordenado y con iniciativa, frente a un Qatar desdibujado y replegado en el fondo del campo. 

A pesar de los cambios del técnico catalán Félix Sánchez Bas, el equipo anfitrión no pudo generar mayores acciones de juego, ni arrebatarle el control a Ecuador. 

Al finalizar el juego, los qataríes tuvieron tan solo cinco remates totales, ninguno de ellos entre los tres palos. El seleccionado local no pudo hacer valer su actual título de campeón del torneo asiático. 

En cambio, Ecuador venció las estadísticas y revirtió la historia: se convirtió en la primera selección en ganarle a la anfitriona en un partido inaugural. 

“Esto es un aliciente para nosotros, estos chicos que están comprometidos con su historia y tal vez con la historia de Ecuador. Poder empezar a romper todas estas historias pequeñas para saber si se puede romper la historia grande”, sentenció Alfaro en la rueda de prensa posterior al partido. 

El estadio Al Bayt se fue quedando sin aficionados a medida que avanzaba el partido. Una aparente euforia qatarí que apagó el fútbol de Ecuador y dejó cientos de puestos vacíos.

Enner Valencia, el goleador que brilló a pesar de las críticas

Una ola de críticas había suscitado su convocatoria y titularidad en la convocatoria ecuatoriana. Muchos aficionados y periodistas pedían a Alfaro prescindir de Enner Valencia. El delantero había tenido una actuación poco destacada en las eliminatorias sudamericanas al Mundial. 

Pero este domingo, Valencia hizo tambalear todas esas críticas convirtiéndose no solo en el goleador del partido sino también en la gran figura de la noche.

En medio de las críticas, sobresalió la confianza y sobre las dudas se impuso la personalidad. Las dos fueron resaltadas por Valencia al finalizar el encuentro, quien además afirmó sentirse muy alegre al ver un equipo fuerte y al ver a sus "compañeros sonreír".

Su actuación también fue adulada por el técnico de Ecuador. “Para mí fue muy cuestionado en Ecuador, para mí es un ‘plus’ tenerlo… Yo lo elijo siempre a él, dámelo siempre en mi equipo”, sentenció Alfaro. 

Él mismo volvió a sonreír. Ecuador participó también en el Mundial de 2018, una edición en la que también había participado Valencia. Con los goles de este partido, el delantero se convirtió en el máximo anotador de la selección tricolor en los mundiales.

El proyecto qatarí, desdibujado en sus primeros 90 minutos

Qatar decepcionó. Más allá de la enorme infraestructura deportiva y el ‘show’ antes del pitazo final, el país árabe ha buscado hacer una enorme inversión en el fútbol local. Un intento por construir desde adentro la fiebre por el deporte que financia más allá de sus fronteras. 

De ahí la creación de la ‘Aspire Academy’, una escuela del fútbol que muchos han señalado como la base de la selección actual y a la que la familia real ha dedicado un enorme capital.

Al igual que gran parte de la estructura social en Qatar, esta vive de los migrantes. Talentos de otros países que son nacionalizados pasan de manera masiva por el instituto. 

Así, el objetivo era llegar al Mundial del que iban a ser anfitriones con una selección competitiva se comienza a ver truncado con la primera participación de los dirigidos por Sánchez. Un equipo que se mostró sin ideas claras, sin control del balón y casi por completo replegado en el fondo de su terreno de juego. 

La “diversidad” de la inauguración que contrasta con las denuncias de las ONG

"Diversidad". La palabra que buscó ser el centro de atención en la inauguración del Mundial. Esta la pronunció el actor Morgan Freeman y la reiteró el emir Tamim bin Hamad bin Khalifa Al Thani. 

La ceremonia seguía una máxima: “una reunión para toda la humanidad, uniendo las diferencias a través de la humanidad, el respeto y la inclusión".

Así, de manera simbólica en la ceremonia se escucharon cantos qataríes que se mezclaban con ritmos de otros países, la mascota del presente mundial salía en compañía de todas las que en el pasado habían personificado a sus anfitriones y todo tipo de colores teñían el centro del estadio Al Bayt. 

Pero lo que se predicaba en el interior, dentro de la fiesta del fútbol, contrasta con las acusaciones organizaciones de DD.HH. hicieron escuchar en todo el mundo los días previos a la cita mundialista. 

Estas, lejos del colorido de la ceremonia, pintaban un panorama gris para las personas de la comunidad LGTBIQ+, en un país en el que la homosexualidad es condenada con largas penas de prisión y en el que se advirtió a sus asistentes sobre la demostración de afecto en público. 

Un panorama gris que también comparten las mujeres, que incluso pueden llegar a ser condenadas a lapidación por relaciones extramatrimoniales. Y una celebración con una mancha indeleble de miles de trabajadores migrantes que perdieron la vida desde que Qatar fue anunciado como sede de este mundial en 2010.