Ambas fueron voleas impresionantes, conectadas con la que se suponía que era su "pierna débil".
David Trezeguet escribió dos veces su nombre en la historia. Los dos momentos sobresalientes de una notable carrera llegaron con 11 años de diferencia y en diferentes hemisferios.
Nacido en Francia de padres argentinos, Trezeguet llegaría a encarnar lo mejor de ambos mundos. La brillate carrera de uno de los grandes tiradores del fútbol comenzó con su educación en Suramérica antes de graduarse en la Ligue 1.
El padre de David, Jorge, era un futbolista profesional que había dejado Buenos Aires por el norte de Francia a finales de los años 70 para jugar con el FC Rouen. Su hechizo de dos años con el club coincidió con el nacimiento del pequeño David.
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Trezeguet - Monaco
Jorge regresó a casa para unirse a Chacarita Juniors en el norte de Buenos Aires, ofreciendo a su hijo recién nacido la oportunidad de crear su propia historia futbolística uniéndose al humilde Platense a los ocho años de edad.
"A los 15 años ya medía 1,80. Era delgado, pero fuerte", dijo su compañero de equipo en Platense, Marcelo 'Cacho' Espina, que inadvertidamente le dio la oportunidad de debutar a los 17 años después de recibir un partido de suspensión en junio de 1994.
"Era muy hábil y tenía un atributo en particular que muy pocos jugadores poseen: podía golpear la pelota realmente bien con ambos pies".
El adolescente inmediatamente atrajo el interés del extranjero, con su pasaporte francés como incentivo adiciional para el París Saint-Germain antes de que el Mónaco finalmente ganara la carrera para ficharlo. Se fue de casa siendo un desconocido. La gloria con uno de las grandes argentinos tendría que esperar.
"Mi objetivo era ir a Francia y no pensé en lo que tenía en Argentina", dijo a Fifa.com. "Cuando tienes suficiente entusiasmo y no piensas demasiado, las cosas salen bien. Fue una experiencia única para mí allá [en Francia]".
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Habiendo llegado al Principado a prueba, Trezeguet pasó un par de años en las reservas antes de lograr una oportunidad real en el primer equipo, con el que sólo sumó nueve apariciones en sus dos primeras temporadas con el club.
Pero en 1997 estaba listo. La fe del entrenador Jean Tigana en el juvenil se vio recompensada y Trezeguet se convirtió en Trezegol, con 18 goles en su primera campaña de la Ligue 1, terminando a sólo tres del mejor goleador de la liga, Stephane Guivarc'h, y el Mónaco terminó tercero y consiguió la clasificación para la UEFA Champions League.
"Cuando Tigana me aceptó en Mónaco no sabía mucho de mí, pero me dio una oportunidad y luego fue muy paciente y me permitió desarrollar", dijo Trezeguet a World Soccer. "Con él me volví más valiente."
Trezeguet fue nombrado Jugador Joven del Año de Francia y se convirtió en campeón mundial ese verano en un comienzo de la vida en Europa más allá de sus sueños más salvajes. Otros 38 goles siguieron durante las próximas dos temporadas, impulsando al Mónaco al título de la Ligue 1 en 1999-2000.
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Y entonces llegó la primera de esas voleas, con la que Trezeguet marcó el gol de oro en la final de la EURO 2000. El Mónaco ya no pudo conservarlo por más tiempo y se marchó a Italia poco después para unirse a la Juventus.
Dos títulos de Serie A siguieron durante su prolífico hechizo en Turín y sumaría 71 partidos con la selección francesa antes de su retiro internacional en 2008.
"Francia me dio tanto", dijo. "Pero siempre he sido argentino de corazón". Más específicamente, su corazón había estado con River Plate.
"Cuando apareció la oportunidad de venir aquí, no lo pensé dos veces", afirmó Trezeguet tras dejar ir más de 1 millón de euros de un lucrativo contrato en el mundo árabe con el fin de ayudar a River Plate a volver a Primera tras el primer descenso de su historia en 2012.
"Quiero formar parte de la historia de este club", indicó. Lo hizo, con otro tiro de ese pie izquierdo, marcando los dos goles que aseguraron un regreso inmediato a la máxima categoría al final de su primera temporada.
"Fue especial", reconoció. "Es aún más grande que el gol de la Eurocopa 2000".
