José Pedro Fuenzalida, el líder silencioso de la Selección

José Fuenzalida

Reinaldo Rueda destacó la ascendencia del delantero de Universidad Católica sobre sus compañeros. Alejado de las luces y las polémicas, Chapita se ganó su espacio en la Roja.



Reinaldo Rueda revela el liderazgo desconocido de José Pedro Fuenzalida en la Selección. Lejos de la estridencia, de los autos lujosos o de la personalidad extrovertida y lejos, también del origen humilde que tiene la mayoría de sus compañeros de profesión y de camarín, el delantero de Universidad Católica goza del respeto del colombiano y también de sus compañeros. El entrenador de la Roja se anima a ungirlo como un futbolista altamente influyente en el vestuario del combinado que se prepara para el debut en la Copa América, ante Japón.

"Es importante para este grupo en muchos aspectos. Es un gran líder para la Selección Nacional y su comportamiento contagia al resto", dice Rueda respecto de las virtudes personales de Chapita, sin obviar, naturalmente, las características futbolísticas que le aporta quien hoy es también reconocido como un jugador simbólico para Universidad Católica, al punto de que sus fanáticos más enconados le perdonan el paso por Colo Colo. "Es muy gratificante todo lo que nos aporta José Pedro, por su inteligencia, la forma en que interpreta el juego, su inteligencia, la credibilidad que tiene en el grupo, además de su liderazgo", dijo el seleccionador. "Es un jugador al que todos quieren y nos viene en un momento importante para nosotros. Ayer (el martes, en un amistoso que jugó el equipo nacional ante un club del ascenso brasileño) tuvo un gran despliegue e incluso marcó uno de los goles", resaltó.

El primer acercamiento de Fuenzalida con el deporte no fue en el fútbol, sino en el vóleibol. Sin embargo, a los 10 años, cuando cursaba Quinto Básico en el Verbo Divino, llegó a las divisiones menores de los cruzados. El fútbol, para él, seguía siendo un hobby, una sensación que quienes lo acompañaron en el camino hacia el profesionalismo mantienen. Tampoco estaba muy decidido a decidarse profesionalmente a la actividad. De hecho, rindió una brillante PSU, siguió jugando y luego repitió su gran rendimiento académico para volver a las aulas a estudiar ingeniería. En la UC, sus compañeros recibieron sus clases de inglés, guitarra y teclado.

Un año después de su último paso por la sala de clases, volvió al fútbol, para defender al Cacique. Marcelo Bielsa lo convenció para que retornara a la cancha. Había sido mundialista Sub 20 en 2005 y se ilusionaba con disputar el Mundial de Sudáfrica, pero, finalmente, el rosarino no lo consideró en la lista final, aunque lo había incluido en la preliminar. Igualmente, el impulso estaba dado. Ya no habría vuelta atrás.

Siempre en las grandes citas

La decepción de no ir a Sudáfrica sería compensada con creces en el tiempo. Pese a que no formaba parte de la primera línea de la Generación Dorada, siempre hubo algún cupo para Fuenzalida en los listados que llegaron a la consagración. Así, por ejemplo, fue parte del plantel que disputó el Mundial de Brasil, en 2014, con Jorge Sampaoli en la banca, más allá de que en la cita planetaria no registrara presencias. Siempre estuvo en la banca.

En la Copa América de 2015, el casildense vuelve a incluirlo en la lista de 23 jugadores que disputarían la competencia. Esa vez celebró el título, pero nuevamente sin haber pisado la cancha.

Al siguiente, en la Copa América Centenario sería protagonista. Con Juan Antonio Pizzi en la banca, un entrenador que lo conocía de su paso común  por San Carlos de Apoquindo, Chapita tuvo la oportunidad que esperaba. Disputó seis encuentros en la competencia que se jugó en Estados Unidos. Acumuló 357 minutos en el campo de juego y abrió el registro goleador de la Roja, ante Argentina, y la cerró, en la semifinal frente a Colombia. En la Copa Confederaciones, también con Pizzi en la cabina técnica, jugó 110 minutos en tres encuentros. No marcó. También estuvo en las Eliminatorias: 409 minutos en seis partidos, sin goles.

En el ciclo de Reinaldo Rueda, quien ahora lo ensalza públicamente, también se involucró a último momento. De hecho, no fue considerado en los microciclos que el entrenador caleño desarrolló con jugadores del medio local para buscar alternativas para la Selección. Tampoco estuvo en las giras que desarrolló el combinado nacional ni en los amistosos que se jugaron en el país.  Su primer amistoso bajo el mando del entrenador colombiano fue el último duelo preparatorio antes de partir a Brasil: frente Haití en La Serena. Ahí volvió a demostrar su jerarquía, pues jugó todo el encuentro y marcó un gol.

Ahora su estatus es distinto. No solo por el componente emocional que destaca Rueda. También porque su funcionalidad lo pone como favorito para integrar el tridente ofensivo junto a Eduardo Vargas y Alexis Sánchez. De hecho, si el entrenador no varía su discurso público, Fuenzalida será titular en el debut frente a Japón.

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