Eslovenia: la humildad organizada al detalle

Nadie daba un centavo por su clasificación al Mundial en el desempate ante Rusia y mucho menos por una buena actuación en Sudáfrica, pero Eslovenia empieza a creer en un equipo que deberá conseguir la gloria saltando del banco de suplentes.
A medida que pasan los días y se acerca el 13 de junio, fecha en la que los de Matjaz Kek debutarán en Polokwane ante Argelia por el Grupo C, tanto hinchas como especialistas dentro del país aumentan progresivamente su entusiasmo y se convencen de que aquel decepcionante Corea/Japón 2002 no se repetirá.
Kek cree tener la clave para que las previsiones cada vez más optimistas puedan cumplirse ante argelinos, ingleses y estadounidenses. “Debemos enfocarnos en nuestras fortalezas: equilibrio, disciplina, defensa colectiva y agresiva y rápidas transiciones ofensivas”, recordó.
Pese a que el técnico quiere mantener cierto suspenso sobre la conformación del equipo, nadie le cree. Eslovenia tiene un grupo y un esquema tan definido que hasta el propio Kek es consciente de que sus intentos por “querer tener alguna competición entre los futbolistas” son un poco en vano. “Parece que hasta cualquier niño esloveno sabe ya la composición del equipo y nuestra estrategia”, dijo a dpa.
Pero ese bloque que el país conoce de memoria tiene una fisura, y no es la plaga de lesiones, como sucede en otros mundialistas, sino la falta de competencia de varios de sus titulares, suplentes habituales en sus equipos.
El defensor Bojan Jokic no pudo afirmarse en el Chievo Verona, los mediocampistas Aleksandar Radosavljevic y Andraz Kirm no tienen lugar fijo en el Larissa griego y el Wisla polaco, y Andrej Komac está más fuera del campo que dentro en el Maccabi Tel Aviv.
Por suerte para Eslovenia, quien es el mariscal en el césped, el veterano centrocampista Robert Koren, fue también líder del regreso del West Bromwich Albion a la máxima categoría del fútbol inglés.
Y aunque el curso de sus equipos haya sido deficiente, Milivoje Novakovic y Miso Brecko en el Colonia y Zlatko Dedic en el Bochum sumaron minutos en la liga alemana.
El carácter granítico del grupo es uno de los principales disparadores del entusiasmo popular. Todavía está fresco el recuerdo de hace ocho años, cuando un equipo que logró brillantes resultados en las eliminatorias para clasificarse por única vez a un Mundial, terminó desintegrándose a la sombra de la pelea entre el técnico Srecko Katanec con la gran estrella del plantel, Zlatko Zahovic.
Hoy, solucionados algunos desencuentros económicos con la federación, la dinámica interna es diferente y permite que un fútbol humilde crea que sorprender a los rusos haya sido sólo el anticipo de lo que pasará en Sudáfrica.