Italia: juego clásico para retener el título

CAMPEONATO MUNDIAL DE FÚTBOL SUDÁFRICA 2010

El técnico de los azzurri lo tiene muy claro: “no vamos al Mundial para dar una buena impresión, sino para ganar”

La selección de Italia durante la fase de clasificación para el Campeonato Mundial de Fútbol de Sudáfrica 2010

La selección de Italia durante la fase de clasificación para el Campeonato Mundial de Fútbol de Sudáfrica 2010

Propias

Pocos creen en la fórmula ganadora de hace cuatro años, pero Marcello Lippi prefiere no hacer demasiados experimentos. El seleccionador italiano confía en su guardia pretoriana, en sus veteranos “fuoriclassi”, para revalidar el título de campeón mundial de fútbol.
Desde que volvió al banco de los “azzurri” en 2008, después de tomarse dos años sabáticos tras levantar la cuarta Copa Mundial para Italia, el técnico de 62 años repite que sólo le hizo regresar la convicción de que puede ganar de nuevo en Sudáfrica.
Pese al olvidable desempeño en la Copa Confederaciones de 2009 y a la mediocre imagen dada en la clasificación, Lippi lo tiene muy claro. “Italia no va al Mundial para dar una buena impresión, sino para ganar”. “No debemos olvidar que somos los actuales campeones. Debemos recordar eso no para fanfarronear, sino porque sabemos cómo hacerlo: sabemos lo que cuesta ganar”. Sin embargo, la sensación general en Italia es que Lippi apenas cuenta con otra arma que su optimismo.
Cuando los “azzurri” debuten frente a Paraguay el 14 de junio en Ciudad del Cabo, con Nueva Zelanda y Eslovaquia también en el Grupo F, la alineación de Lippi probablemente sea muy similar a la que ganó por penales la final de 2006 frente a Francia en Berlín.
Italia no era favorita al comienzo del torneo y no brilló en la fase de grupos, pero poco a poco comenzó a ganar confianza y el bloque se fue afianzando, principalmente gracias a una defensa que sólo fue superada dos veces en todo el campeonato.
Pero ahora, a la mayoría de los hinchas italianos les preocupa la edad y el bajo rendimiento de los héroes de 2006: gente como Fabio Cannavaro, Fabio Grosso, Gianluca Zambrotta o Gennaro Gattuso. Todos tienen más de 30 años. Cannavaro es el mayor con 36, y parece no tener un sustituto confiable con la excepción de Giorgio Chiellini, de la Juventus.
El arquero Gianluigi Buffon aún es competitivo a los 32 años, pero su equipo, la Juve, donde también juegan Cannavaro y Grosso, viene de una temporada desastrosa en la cual recibió tantos goles como muchos equipos descendidos.
El imaginativo Andrea Pirlo, de 31 años, y su aguerrido escudero en el mediocampo, Gattuso, de 32, tampoco han brillado con el Milan, mientras que sólo Antonio Di Natale, del Udinese, ha marcado con regularidad entre los candidatos a delanteros.
Para Lippi, sin embargo, estos detalles no son fundamentales. “Puedes ser convocado a la selección incluso si juegas mal en tu club”, afirmó en una convención sobre equipos deportivos. “El entusiasmo, la experiencia, el carisma y la capacidad de juicio. Todo es parte de la evaluación. La calidad de los jugadores no sólo se juzga por la edad o las cualidades técnicas”.
Lippi busca jugadores de equipo, formar un grupo fuerte que crea en sí mismo. Así lo hizo en 2006, cuando Italia se proclamó campeona después de una temporada de escándalos de manipulación en la Serie A.
“Aún no estoy seguro de haber llevado a Alemania los mejores jugadores desde el punto de vista técnico. Pero seguro que llevé a unos fuera de clase en cuanto a la cohesión del grupo, grandes jugadores, campeones que sienten fuertemente el deseo de ponerse a disposición de los compañeros y todos juntos formar un grupo, sin necesidad de sentirse ‘prime donne’”. “Cannavaro es quien mejor representa este tipo de jugador”, añadió.
El capitán, que ganó el premio al mejor jugador de la FIFA en 2006, tiene razones para estar orgulloso y junto a millones de hinchas italianos espera que la filosofía del técnico nuevamente sea la correcta en Sudáfrica.

De momento, a Lippi le avalan sus éxitos. El triunfo en el Mundial de 2006 fue sólo la coronación de una brillante carrera como técnico que comenzó en 1982 con la Sampdoria, donde también jugó 10 temporadas como defensor.
Antes de asumir como entrenador de los “azzurri” en 2004, ganó cinco títulos de la Serie A, una Copa Italia y cuatro Supercopas con la Juventus, además de la Liga de Campeones de 1996 y la Copa Intercontinental. Suficiente para confiar en sí mismo.

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