45 años del día en el que el Atlético fue campeón del mundo

Se cumple el aniversario de la consecución de la Copa Intercontinental ante Independiente.

El cuadro colchonero logró una de sus gestas históricas en una noche mágica del Calderón

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Se cumplen 45 años del momento en el que el Atlético fue campeón del mundo.

Club Atlético de Madrid

Para los buenos aficionados del Atlético de Madrid, el 10 de abril no puede ser una fecha más. Es una fecha histórica. Sobre todo para los más veteranos, aquellos que pudieron verlo con sus propios ojos o para aquellos a los que sus familiares se lo contaron.

El 10 de abril es una fecha importante en la historia de la entidad colchonera porque tal día como hoy, hace 45 años, el Atlético de Madrid tocó el cielo, se proclamó campeón del mundo por primera vez y única en toda su historia. Este 10 de abril de 2020 se cumplen 45 años desde que el cuadro rojiblanco se alzase con la Copa Intercontinental.

El Atlético de Madrid es un club tan único, tan especial, que es el único del mundo entre los europeos, que posee este trofeo sin haber ganado la Copa de Europa. Y es que el cuadro rojiblanco la jugó como subcampeón de la Copa de Europa de 1974, aquella de infausto recuerdo en Heysel (Bruselas), cuando el equipo de Luis Aragonés y compañía la tenía en el bolsillo y se le escapó en un golpe de mala suerte del destino.

Ganar el título posibilitaba jugar la Copa Intercontinental ante el campeón de la Copa Libertadores, que en este caso era Independiente de Avellaneda. Pero aquellos dobles duelos se habían convertido, especialmente en Sudamérica, en un quebradero de cabeza para los equipos europeos por la dureza de los partidos en suelo americano y el viaje que suponía. Así, el Bayern renunciaría a jugar aquel duelo y sería el Atlético el que lo hiciese.

“El título era campeón del Mundo. La verdad es que nos merecimos ir como campeones de Europa, pero las circunstancias de la ida, el partido con el Bayern de Múnich nos fastidió. Luego se nos presentó la ocasión de defender a Europa en la final y creo que el premio fue bastante merecido”, explicó hace un lustro Adelardo, a través de un documental realizado por el Atlético con motivo del 40ª aniversario.

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El cartel de la Copa Intercontinental del Atlético de Madrid.

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Pocos pensaban que en aquella campaña 74/75, el Atlético podría tocar el cielo de esa manera, porque el conjunto que dirigía el argentino Juan Carlos ‘TotoLorenzo arrancaba con mal pie el curso con derrotas en Elche ante el Real Madrid en el Bernabéu y contra el Athletic de Bilbao en San Mamés. Poco después, quedaba eliminado de la Copa de la UEFA por el Derby County inglés, en una tanda de penaltis en el Calderón dilucidada por 6-7 para los británicos después de dos duelos con resultado 2-2.

Pero todo cambió con un cambio de rumbo clave en la historia del Atlético de Madrid, de la mano de Vicente Calderón, que le dio la alternativa en el banquillo a Luis Aragonés. El ‘Sabio’ pasaba de ser jugador a entrenador en apenas una noche.

“Todos pensábamos que Luis tenía don de entrenador, tenía un aire especial. La personalidad que tenía Luis era muy importante. Sé que un día llegó al estadio el presidente, le dijo que si podía coger el equipo y ser el entrenador él. Se quedó un poco extrañado, pero nosotros al contrario; porque, como todo en la vida, va pasando el tiempo, y ya estábamos un poco mayores”, recordaba Adelardo.

CAMBIO DE ROL, CAMBIO DE ACTITUD

Mucho antes de que Aragonés fuese el gran revolucionario del fútbol español que inició la etapa más gloriosa de la selección española, el ‘Sabio’ comprendió que su cambio de rol en el Atlético necesitaba un cambio de actitud ante los que horas antes eran sus compañeros. “La anécdota es que le animamos, y le dijimos: ‘Bueno, hasta mañana’. Al día siguiente cuando entró en la caseta ya venía con otra cara. Ya no éramos Luis, Gárate, Ufarte, Adelardo, no. Era el entrenador y sus pupilos. El día anterior estábamos hablando de tú, pero al día siguiente él se dirigió a nosotros de usted”, recordó Adelardo.

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Los miembros del Atlético campeón de la Copa Intercontinental 1974 saltaron en la previa del partido, en el 40 aniversario del título logrado, para ser homenajeados.

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Y una de las primeras pruebas de aquella nueva etapa sería la Copa Intercontinental. La ida, disputada en el estadio Libertadores de América, a rebosar. Allí, el ‘Rojo’ dio muestra de la dureza que el Bayern se temía y que le había hecho retirarse. Tenía calidad y determinación. Había sido campeón en cuatro Copas Libertadores consecutivas (1972, 1973, 1974 y 1975), y ya había ganado la anterior Intercontinental, a la Juventus de Turín.

“Teníamos enfrente un equipo muy difícil, muy duro, como era Independiente, pero que tenía también figuras. Recuerdo que me tocó bailar con la más fea: el interior izquierdo que era (Ricardo Enrique) Bochini, un jugador impresionante. Había que ir con sotana jugando para que no te hiciera un túnel. Yo estaba detrás de él, no le dejaba ni respirar. Y recuerdo que en una de esas me dijo: ‘Ché pibe, andate, déjame un ratito’”, rememoró Adelardo.

El equipo colchonero cayó por 1-0 con gol de Mencho Balbuena, un resultado que no auguraba nada bueno para la vuelta en el estadio del Manzanares.

Gárate tiene grabada en la memoria cómo fue la vuelta en la capital de España. “Habíamos perdido allí y teníamos que ganar. El ambiente que se vivió de bufandas de las almohadillas... La música que había era el toque de almohadilla con almohadilla, las bufandas, que comenzaron por entonces a proliferar”, recordó hace unos años el ‘Ingeniero del área’, en el mencionado documental del Atlético, que remontó en la vuelta ante 65.000 espectadores en el Vicente Calderón.

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Abelardo y Ayala levantan el título de nuevo.

José Antonio García Sirvent / José Antonio García Sirvent

Primero marcó Javier Irureta, en el minuto 22, cuando remató un centro de José Eulogio Gárate; después lo hizo Ayala, en el 85, tras un despeje de la defensa del Independiente. “Recuerdo un balón que entraba en el área, yo salto de cabeza, la toco un poco hacia el lateral e Irureta es el que marca. Después hubo otro gol, yo iba a rematar y pensaba que iba a llegar, pero vino rapidísimo el Ratón Ayala, y marcó él. Era un balón bastante claro y por suerte entró”, rememoró Gárate.

“Fue un partido maravilloso. Levantar ese trofeo fue extraordinario”, recordó Adelardo para añadir: “Yo estoy levantando esa copa que además de buena es monísima, muy guapa. Me cogieron con la copa alzándola, y luego me levantaron los compañeros también”. El Atlético era campeón del mundo, el título más importante de su extenso palmarés y la respuesta más bella a la depresión que había sufrido un año antes con la final de la Copa de Europa perdida en Bruselas frente al Bayern de Múnich.

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