El fotón de River para un recuerdo copado: "Ocho años después, en el mismo lugar"

El 5 de agosto de 2015, hace exactamente ocho años, River volvía a conquistar América. Y no fue tarea fácil ya que el cielo estuvo a punto de caerse por una lluvia tremenda en Núñez, de esas que amenazan con cortar el carnaval, pero que al final acabó siendo una bendición para un club de Núñez que en aquel entonces dio una vuelta olímpica por Libertadores después de 19 años.

En un Monumental repleto, los hinchas festejaron la conquista de la tercera Copa, la primera en el ciclo de Marcelo Gallardo, tras ganarle por 3-0 a Tigres de México. Y a la hora de repasar aquella formación, en el actual plantel que comanda Martín Demichelis hay varios sobrevivientes y se juntaron para rememorar una noche muy especial.

Jonatan Maidana y Ramiro Funes (hizo un gol en la final) compartieron la zaga, Matías Kranevitter y Leonardo Ponzio (hoy en la secretaría técnica) formaron el doble cinco, mientras que Emanuel Mammana formó parte del plantel campeón. En la previa de la revancha de octavos de la Libertadores frente a Inter, los cinco posaron para una foto con una frase especial: "Ocho años después, en el mismo lugar...".

El camino de la consagración

La Copa del 2015 tuvo todos los condimentos. Por empezar, el CARP no la arrancó como candidato. Luego de no haber ganado ninguno de los primeros cinco encuentros de la fase de grupos, la eliminación era una posibilidad concreta. Cuando más lo necesitó, el equipo de MG sacó chapa. Un triunfazo por 3-0 ante San José, más la victoria que necesitaba de Tigres sobre Juan Aurich, le dio la clasificación a River. Sí, le dio una mano Tigres. Cómo lo lamentaría...

Después de una mala ronda, Gallardó infló el pecho por los suyos: "Ahora que venga el que sea". Como si de una película se tratase, el rival de octavos fue Boca. Ese Boca que historicamente le costó al Millonario, pero al que había superado un año antes en la semifinal de la Copa Sudamericana.

Con el deté envalentonado, la racha siguió: cuatro días después de perder un Superclásico en el torneo local, River ganó por 1-0 con un tanto de penal de Carlos Sánchez sobre el final. En la vuelta, en La Boca, hubo gas pimienta. Esa agresión del público xeneize a los jugadores visitantes, generó el pase a cuartos a River.

El destino les tenía preparados un camino sinuoso a los comandados por el Muñeco. Luego de un obstáculo durísimo como lo fue su clásico apareció Cruzeiro, la gran Bestia Negra de River en torneos continentales. La caída por 1-0 en la ida, en El Monumental, vaticinaba el mismo desenlace. Pero no fue así: el CARP se terminó de asentar como candidato con una goleada histórica en Brasil, por 3-0. En la semifinal, Guaraní se plantó, pero la jerarquía del equipo de la Banda pesó más y un global de 3-1 la llevó al comienzo: contra Tigres, su rival de fase de grupos, en la definición.

Esa final hay que dividirla en dos. La ida fue una batalla física: River salió a morder, pegar y molestar a Tigres, que en México se agrandaba (no había perdido como local en toda la copa, con cuatro triunfos y dos empates). Se ve que Gallardo también estaba metido, dado que lo echaron por reclamar de más. Otro que podría haber conocido las duchas fue Jonatan Maidana, quien le dio para que tenga a André Gignac a tal punto de que el francés tuvo que subir una foto del dedo gordo de su pie achichonado. El 0-0 en tierras aztecas dio paso al segundo conflicto: la batalla bajo el agua.

Una lluvia torrencial desvirtuó un partido que ya era extraño para el local por la ausencia de su DT. A través de una pantalla, en un palco improvisado, Gallardo siguió la final. Con más ímpetu que fútbol, River encontró la clave. Lucas Alario, a poco más de un mes de su incorporación, se volvió un ídolo al instante al clavar el primer gol, de palomita. Para descorchar, los tantos de Carlos Sánchez y Ramiro Funes Mori, quienes pincelaron el 3-0.

"Hace un año habría sido un poco difícil presagiar todas estas cosas que estamos disfutando", dijo MG, quien 19 años atrás le había dado su segunda Libertadores a River como jugador. ¡Y cómo olvidarlo al Cavegol! Fernando Cavenaghi, el primero en tocar la Copa, definió el momento a la perfección: "No hay nada mejor que eso". Y el recuerdo es imborrable...