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En el fútbol pasa de todo. Desde golazos espectaculares y lujos increíbles hasta patadas violentas, burradas y goles errados de manera insólita. Sin embargo, lo visto ayer en el partido de Copa Libertadores entre Flamengo y Cruzeiro no tiene prácticamente ningún antecedente.

Es que lo ocurrido con Thiago Neves, una de las figuras del conjunto que ayer fue visitante quien falló una oportunidad inmejorable para convertir a los 19 minutos del partido, roza lo imposible. 

El número 30 recibió una pelota de Robinho a la altura de la cabeza, prácticamente abajo del arco y sin la presencia del arquero rival, quien había quedado fuera de combate tras la gran habilitación. 

Lo único que tenía que hacer Neves era acariciar el balón con la testa y salir a gritar el 2 a 0, pero insólitamente su envío dio en el travesaño y luego se perdió afuera del campo de juego.

El hábil futbolista se quedó adentro del arco lamentándose por la oportunidad que había fallado y sin poder creer lo que había ocurrido, pero para su fortuna en el complemento tuvo revancha y pudo convertir, con un toque sutil de zurda, el segundo y último gol del partido para lograr un triunfo importantísimo de cara a la vuelta.